Arena en la puesta de largo del Sevilla FC en el Ramón Sánchez-Pizjuán, que cayó derrotado por 0-2 ante el FC Barcelona. No fue por falta de voluntad, nada de eso. El Sevilla salió con firmeza, puso empeño, presionó bien arriba… Pero tras una primera parte de dominio, que sin embargo no supo convertir en ocasiones claras, se vio superado en la segunda mitad. A poco que comenzó a acusar el esfuerzo del martes y rebajó el acoso arriba, el conjunto de Jorge Sampaoli no pudo hacer nada ante un FC Barcelona que si no logró un marcador más abultado fue por las grandes intervenciones de Sergio Rico.
Estaba en el aire el cómo iba a influir el enorme esfuerzo del martes en Trondheim, sobre todo porque en el mes de agosto las piernas todavía no están al cien por cien. Y pasó factura, porque este domingo dio la sensación de que el Sevilla FC, que esta vez salió con una defensa de cuatro, estuvo en el partido hasta que le aguantaron las piernas. Porque nada tuvo que ver el Sevilla intenso e incisivo de la primera mitad con el que se vio en la segunda. Cuando bajó la vehemencia local, las embestidas del Barcelona, que dificultaba con su presión la salida de balón desde atrás, fueron mortales y en desventaja en el marcador el choque entró en un sendero errático en el que nada salía a derechas, todo ello adobado por una actuación arbitral que apenas permitía el contacto.