El sevillismo no es únicamente patrimonio de los nacidos en la cápita de Andalucía. Ni tan siquiera de los que disfrutan y sufren en la distancia en la propia región o en algún rincón de España. La afición por el Sevilla FC ha traspasado fronteras, sobre todo en lo que va de siglo, por lo que son muchos los hinchas nervionenses que por distancia o recursos sólo pueden soñar con vivir un partido en el Ramón Sánchez-Pizjuán.
Precisamente dos sevillistas que actualmente no se encuentran en casa, sino en Birmingham y Luxemburgo, se propusieron cumplir el sueño de otros dos sevillistas en la distancia, en este caso de mucho más lejos y quienes nunca han tenido la oportunidad de viajar a Sevilla. Por un lado Ahmed, fundador de la Escuela Antonio Puerta de Bagdad, en Irak, desde donde pregona su sevillismo. Con el partido ante el Basaksehir este pasado verano en Champions, Ahmed vio una oportunidad irrepetible y reunió a duras penas el dinero para poder ver en directo a su Sevilla.
Lo mismo le ocurrió a Alex, ruso de Rostov que realizó toda una hazaña viajando en tren durante 22 horas para ver a su equipo del alma en Moscú ante el Spartak hace unos meses. Dos experiencias inolvidables para ellos, pero que no se podrían comparar a lo que significaría para ellos ver un partido en su casa, la de todos los sevillistas.