El fútbol da lustre a historias sobre el papel disparatadas que sin embargo cobran sentido en el césped con un balón de por medio. Esta noche la gran sorpresa era la titularidad de Paulo Henrique Ganso, que no jugaba en competición desde primeros de enero y en Liga desde noviembre… Era de enfermería o puerta grande y fue lo segundo, porque Ganso, Ganso tenía que ser, fue el jugador decisivo del encuentro, logrando los dos goles de un triunfo mucho más categórico en el juego que en el marcador.
El Sevilla abrió muy pronto el marcador y sólo los reflejos de Ochoa y dos goles anulados de forma errónea impidieron la goleada
Este Sevilla-Granada quedará para el recuerdo como el partido de Ganso. El Sevilla afrontaba uno de esos encuentros trampa que a priori se dan por ganados pero que este año en casa se le han atragantado. Tras los empates de Leganés y Sporting era cuanto menos lógico afrontar con cautela la visita granadina, teniendo en cuenta además de que el margen de error es mínimo y que el objetivo de la Liga de Campeones pasa inevitablemente por ganar todos los partidos de casa.
Por eso llamó tanto la atención en el comienzo que Jorge Sampaoli se la jugara con Ganso, prácticamente inadvertido en lo que va de 2017. Pero el brasileño, que formaba en el centro del campo junto a Iborra y Nzonzi, no tardó en darle cariño al cuero y ofrecer pistas de que ésta iba a ser su primera gran noche como sevillista.