El presidente José Castro fue el encargado de cerrar el acto con un discurso lleno de sentimiento que reproducimos a continuación:
Desde 2009 el Dorsal de Leyenda se ha concedido a sólo nueve futbolistas: Juan Arza, José María Busto, Marcelo Campanal, Ignacio Achucarro, Antonio Valero, Paco Gallego, Enrique Lora, Curro Sanjosé y Antonio Álvarez... Hoy es el día de Enrique Montero, pero en realidad es un día de reconocimiento para todos aquellos jugadores que defendieron nuestra camiseta. Hay muchos que se fueron antes de que empezáramos a entregar Dorsales de Leyenda… Hoy es el día de ellos, de los que no están, pero también de los que están, de los que estáis aquí, de todos vosotros, ex jugadores nuestros, que con vuestros méritos y tesón contribuisteis a la grandeza actual de nuestro Sevilla FC.
Pero vuelvo a Enrique Montero. Enrique, la magia que vino de El Puerto para conquistar el corazón del Sevillismo. Enrique, el artista, y remarco lo de artista, que cambió la incertidumbre que generaba en sus comienzos su fútbol por la aclamación general y los pañuelos blancos. Enrique, el que formaba junto a Scotta y Bertoni una de las delanteras más fabulosas que este presidente recuerda. Enrique, al que le partieron la rodilla derecha cuando estaba en su mejor momento y su traspaso se iba a convertir en la venta más importante del Sevilla FC en toda su historia.
"Enrique cambió la incertidumbre de sus comienzos por la aclamación general"
Sí, Enrique, el del inolvidable cántico de Montero, Montero, el mejor del mundo entero. Montero, el que volvió del dique seco y continuó embelesando con su arte, el que se fue al Cádiz para regresar al Sánchez-Pizjuán y ser ovacionado cuantas veces pisaba su césped… Porque ya podía venir con la camiseta del Cádiz o de quien fuera, que Enrique Montero era y es cosa nuestra, patrimonio del Sevilla FC. Por eso a Enrique lo quisimos y lo seguimos queriendo más de 30 años después de que dejara nuestro club. Aunque eso es un decir, porque irte no te fuiste nunca… Las leyendas como tú están siempre aquí, en nuestro corazón.