Este Sevilla FC-Levante UD, jornada 16ª de LaLiga, está señalado en el calendario como la última cita de 2017 en el Sánchez-Pizjuán y en la que se acumulan una serie de alicientes que hacen aún más atractivo el cierre del año en clave nervionense. El reto primordial, por encima de los demás, es rescatar las señas de identidad de un equipo que tiene como divisa preferente la máxima competitividad y un sello ganador basado en la casta de sus protagonistas.
Dejando al margen ahora las causas por las que la mejor versión sevillista no se traslada a domicilio, el objetivo preferente de este viernes es continuar la buena racha en el templo sevillista. Salvo el empate inicial ante el Espanyol, todo fueron victorias -su mejor racha desde 2016- y no se contempla otro escenario que lograr la séptima seguida en casa en esta Liga. La convicción en este sentido debe ser total.
Sumar la séptima victoria liguera en casa con las señas de identidad y el gen innato del equipo
Con el máximo respeto al rival, que vuelve a Nervión casi dos años después, los de Berizzo-Marcucci están en la obligación de mantener el balance favorable ante los levantinos. En once visitas a Nervión, los locales vencieron en siete ocasiones, tres empates y una única derrota (2-3) en enero de 2014. Un Levante de Joaquín Caparrós en el banquillo y Keylor Navas en la portería. El costarricense detuvo de forma sorprendente lo imparable y su equipo ganó con goles a balón parado, superando los tantos locales de Coke y Rakitic. Volvió a puntuar (1-1) en la penúltima visita y perdió en la última, en enero de 2016, 3-1, con goles de Gameiro, Iborra y Konoplyanka. No hace ni dos años y de aquel Sevilla sólo quedan Rico, Nzonzi y Krohn-Dehli.