No era la primera vez, ni mucho menos, que se encontraba en una situación así. Al contrario que su rival, un Leganés ante la oportunidad de su historia, el Sevilla FC sabía que se encontraba a 90 minutos de una final y no había opción de dejarla escapar. Con el partido controlado pese a las ganas de un incisivo Leganés, el equipo supo hacer el partido que necesitaba para no pasar más apuros de los necesarios. Ninguno era imposible, puese pese al gol de Correa muy pronto, los pepineros estaban a sólo un gol de la prórroga. Pero ya al final, cuando a los de Garitano sólo les valía irse arriba pero les fallaban las fuerzas, el equipo supo leer el juego y supo matar la eliminatoria a la contra, con un gol de Franco Vázquez por toda la escuadra.
No estaba dispuesto Montella a que el partido se convirtiera nada más comenzar en un toma y daca. Buscó más control y lo consiguió a través de la posesión. Aunque un oportunista Beauvue la tuvo a los tres de juego, a partir de ahí el Leganés tuvo que concentrarse en mantener a raya las rápidas transiciones nervionenses, con Banega y Franco Vázquez surtiendo de balones a los de arriba. El primer aviso local fue al cuarto de hora y no hubo tiempo para simulacros. Entrada por la derecha de Muriel, que se cuela por línea de fondo y la pone en el segundo palo, donde Correa no falla y bate a Champagne para el 1-0. Fundamental mandar para dentro la primera de la noche ante un Leganés que decidió evitar una mayor renta en contra en los siguientes minutos.
El tempranero gol de Correa tranquilizó las cosas pero no era aún suficiente
Es cierto, eso sí, que conforme iba aproximándose el descanso el equipo pepinero soltó algo de lastre y se fue a por la meta de Sergio Rico con la incisiva subida de sus laterales, sobre todo Tito por la derecha. A la media hora probó suerte Gabriel con un disparo lejano que atrapó Rico, mientras que de nuevo Beauvue, ya a diez para el intermedio, lo intentó con un testarazo que se marchó alto. Con el Leganés tan incisivo habría opciones a la espalda de sus zagueros y así pudo llegar el segundo. En un nuevo acto de fe de Muriel, esta vez por la izquierda, el colombiano la puso al punto de penalti. No llegó Sarabia pero sí Banega, que remató pero un defensa la sacó bajo los palos. También casi cuando se colaba lo intentó Escudero, pero su cabezazo bombeado se quedó a las puertas de ser el segundo cuando el colegiado ya casi miraba su cronómetro.