OTRA FINAL PARA SEGUIR APUNTALANDO EL NUEVO SEVILLA DE SAMPAOLI
Después de la agria derrota en la final de la Supercopa de Europa, en la que el título se le escapó a un minuto de que se cumpliera el descuento, el Sevilla FC reaparece en escena otra vez con una copa en juego, aunque esta vez a doble partido. Espera el FC Barcelona, otro rival de enjundia que va a servir para calibrar el nivel y la competitividad del Sevilla de Sampaoli que apenas arranca y que tan buenas sensaciones dejó en Trondheim, pese al pésimo epílogo que acabó por empañar una final que con el noventa cumplido apuntaba para histórica.
Con sensibles bajas en la defensa, por sanción y lesión, el Sevilla aguarda la visita de un Barcelona que sobre el papel siempre es el favorito en todo lo que disputa y, más aún, si la contienda se resuelve a doble partido, como es el caso. No cabe otra, por tanto, que hacer valer el factor campo, que en el caso del Ramón Sánchez-Pizjuán siempre es un punto fuerte.
El reto no es sólo ganar al Barça, sino hacerlo con sus propias armas
El Sevilla con aire de protagonismo y balón, que parece innegociable en esta temporada, debe mostrarse más que nunca este domingo, aunque está por ver si será posible porque en frente está precisamente el conjunto que puede ser el mayor exponente de lo que anhela Jorge Sampaoli. Esto hace sin duda el partido más interesante aún sí cabe.
O lo que es lo mismo: el afán de apelar a la rebeldía para contrarrestar el favoritismo y evitar el sometimiento del equipo que posiblemente mejor administra el cuero en el mundo es un verdadero reto, porque no se trata de intentar ganar al Barça, sino de hacerlo con sus propias armas con la dificultad que ello conlleva. Nada de lo que ocurra este domingo, porque la temporada está empezando, será definitivo, pero sin embargo sí puede ser orientativo para seguir conociendo a este Sevilla, tan ilusionante como todavía poco conocido, que se avecina y que todavía, como es lógico, necesita tiempo y partidos para alcanzar su madurez. Por todo ello, la cita de esta noche, por la entidad y el estilo del rival, reviste incluso un interés aún mayor de lo que por sí acarrea una final.
El precedente de 2010
Sevilla FC y FC Barcelona jugarán su segunda final de la Supercopa de España. El precedente está en el verano de 2010, imponiéndose en aquella ocasión el FC Barcelona, después de que remontara en el partido de vuelta con una abultada goleada el 3-1 logrado en el partido de ida en el Sánchez-Pizjuán. Esa final, aunque perdida, es el camino a seguir, al menos en la ida, porque parece evidente que las posibilidades del conjunto nervionense pasan inevitablemente por obtener una renta positiva en Nervión.
Que la final se decida en 180 minutos requiere un partido redondo del Sevilla en el primer asalto y luego en el Camp Nou ya se librará otra batalla, aunque la propuesta debe ser totalmente contraria a la que se dio en aquel partido de vuelta de 2010, cuando se optó por defender el resultado y se dejó al Barça hacer a su libre antojo. Claro que con este Sevilla que emerge sobre las señas de identidad del dominio del juego y la voluntad constante por el ataque esa posibilidad parece descartada.