El sevillismo -más que nunca- disputa este jueves la quinta semifinal de su torneo más querido en diez años. Será el mismo jugador ‘número 12’ que nació aquí y llevó en volandas tantas veces a la Roja, invicta en Nervión. El coliseo nervionense con su aliento, no ya desde el minuto 1 sino desde un himno que va poner los vellos de punta, tiene una nueva ocasión histórica de impulsar a los suyos a la enésima gesta. Once jugadores sobre el césped que buscarán el hito casi inabordable para muchos de llegar a la 3ª final de la Liga Europa consecutiva, que sería la 14ª en la década mágica. Suma ocho títulos en 12 finales, y ya tiene en la mochila la 13ª de la Copa del Rey que cerrará el curso. El 12 pues jugará en la grada de un fortín que será más fortaleza que nunca, porque la afición no va a bajar la guardia. El rival debe sentir desde el vestuario dónde se va a jugar su pase a la final de Basilea.
Desde el himno de ‘vellos de punta’, el rival sentirá que juega contra 12
Dicho lo cual, hay que subrayar a continuación que si hay un rival peligroso y traicionero en esta Liga Europa ese es el Shakhtar Donetsk. No sabe lo que es perder y siempre hace goles. Suma cinco victorias y dos empates, con 15 goles a favor y 4 en contra, dos de ellos los que les marcaron Vitolo y Gameiro en el 2-2 de la ida de hace una semana. Su particular situación hace que se sienta cómodo y acostumbrado a comparecer de visitante, ya que incluso sus citas en Ucrania son muy lejos de su ciudad. Están convencidos los ucranianos -algo importante en un equipo- que pueden pasar si hacen lo que suelen a domicilio. Por ello, deben saber desde el inicio que el Sánchez-Pizjuán no es un estadio como otros y que los de Emery -esta vez- están avisados de cómo las gastan a la contra. El ejemplo más palmario es la primera parte de Ucrania.