Francisco Escobar Gallego nació en 1939. Cursó estudios de Derecho, ejerció como juez magistrado y llegó a ser nombrado presidente de la Audiencia de Sevilla. Formó parte de la junta directiva con Luis Cuervas.
Como resultado de la convulsión que sufrió el Sevilla en agosto de 1995, con el desagradable episodio del descenso administrativo, se produce la dimisión inducida del Consejo que presidía Luís Cuervas. Ocupa entonces el cargo de presidente de manera interina José María Del Nido, para así evitar un vacío de poder que podría perjudicar al Club.
A los pocos días, Del Nido llama a José María González de Caldas, al propio Francisco Escobar y a Eduardo Romero -máximos accionistas del club- para que tomasen posesión como consejeros.
El 10 de octubre de 1995 accede a la Presidencia gracias al paquete accionarial que poseía GMA (Gestora de Medios Audiovisuales).
El primer Consejo de Administración de Francisco Escobar se compuso por los siguientes señores: José María González de Caldas y Roberto Alés García como vicepresidentes, y los siguientes consejeros: Américo Govantes, José Gómez Miñan, José Martín Baena, Ramón Ibarra, José María Cruz Rodríguez, Rafael Carrión, Moreno, Manuel Pérez Giraldez, Eduardo Romero y Miguel López Benjumea.
Durante los 127 días que Francisco Escobar es presidente del Sevilla -el mandato más pequeño en la historia del club- la situación económica se deteriora a una velocidad de vértigo y la social más rápidamente aún. En la Liga la situación se vuelve asfixiante, sólo se salva la participación en la UEFA, aunque en el segundo mes de su mandato, el Sevilla cae en la competición europea ante el FC Barcelona.
En la novena jornada el Sevilla pierde en el Sánchez-Pizjuán ante el Espanyol por 0-3. Es cesado Toni Oliveira y toma las riendas del equipo el entrenador del filial Juan Carlos Álvarez. Sólo llega un refuerzo que responde al nombre del croata Josko Jelicic.
La mejoría del equipo no llega y para colmo la afición sevillista tiene conocimiento de que Suker ha sido vendido al Real Madrid, lo que encrespa los ánimos de la afición. La situación continúa empeorando y Juan Carlos Álvarez es cesado para que Víctor Espárrago ocupe su puesto.
Los desaciertos deportivos y los desajustes económicos hacen que Francisco Escobar ceda a la presión social el 14 de febrero de 1996, llegando a la presidencia José María González de Caldas.