La sobremesa suiza tuvo sabor amargo para Olga Carmona. La delantera de Sevilla Este partió desde el inicio en el flanco izquierdo del ataque con el que España arrancaba el torneo continental y donde el cuadro ibérico defiende el título. Sin embargo, los dos tantos de Andrea Norheim en apenas 6 minutos (el segundo de ellos merced a un penalti) liquidaron las esperanzas de empezar con tres puntos esta fase final y sellaron el 0-2 definitivo.
El arranque del equipo nacional no fue especialmente positivo, encontrando muchas dificultades para alcanzar las inmediaciones del área nórdica y para desarrollar su apuesta por el juego combinativo. El paso por vestuarios en el receso refrescó las ideas y trajo nuevos bríos a un conjunto que empezó a embotellar a una Noruega que a duras penas cruzaba el centro del campo. Bien por la confianza que otorga un resultado favorable o bien como consecuencia de la inercia ofensiva de las pupilas de Vilda, sólo la falta de puntería evitó que se estrechara la distancia en el marcador.
Ahí creció la figura de Olga, criada deportivamente en la Ciudad Deportiva José Ramón Cisneros Palacios y que disputó el encuentro completo. La futbolista del primer equipo femenino del Sevilla FC apareció por el frente de ataque con mucha actividad y asumiendo galones. Apenas transcurridos cinco minutos de la reanudación, una bonita pared con Rosa Otermín culminó en un centro al que no llegó por poco Carla Bautista. Y en el 52' fue la nervionense quien probó suerte con un chut colocado desde la frontal buscando la escuadra y que unos centímetros más de altura de los necesarios impidieron que se colara en la portería escandinava. Su animosidad, por desgracia, no tuvo recompensa.
Esa fue la tónica de todo el segundo periodo. Posesión, generación de juego y un cúmulo de ocasiones que, ora por falta de concreción en el último remate, ora por la buena labor de la zaga rival, no se pudieron materializar. Mal arranque, por tanto, para una selección que volverá a entrar en juego este mismo sábado frente a Suiza (18:15 h) en la localidad de Zug. El equipo anfitrión será el termómetro de la buscada redención en pos de llegar con opciones a la última jornada, en la que Francia será el rival.