Nuevo paso en la historia europea del Sevilla FC, en la que ningún partido debe ser un trámite. Menos aún en este jueves continental en el que los de Pablo Machín afrontan otro interesante reto en la cuna del fútbol húngaro, evocadora de épocas de oro del rival y que los aficionados más veteranos tuvieron la suerte de vivir de cerca en las visitas del otrora Újpest Dózsa a Andalucía. Los tiempos han cambiado para el cuadro magiar -decano del fútbol de su país- que maravilló en el 7º Trofeo Colombino (logrado en 1971) y el 25º Trofeo Carranza (en el que fue finalista en 1979). El actual Újpest FC no es aquel equipo de fútbol exquisito, pero lleva en sus genes el orgullo de su ya centenaria historia. Por tanto, el pentacampeón nervionense de la Europa League, ha viajado a Budapest con la exigencia de pelear un triunfo por prestigio europeo y para seguir creciendo en el ilusionante proyecto 2018-19 que se avecina.
Al margen de llevar encarrilado el pase a la Q3 gracias al 4-0 de la ida en el Ramón Sánchez-Pizjuán, en noche estelar de Jesús Navas y goles del propio Navas, Ben Yedder de penalti, Sarabia y Mudo Vázquez, la cita en el Ferenc Szusza Stadion ofrece la ocasión de buscar otra victoria convincente. Con el máximo respeto al rival, el encuentro debe reafirmar el nuevo estilo de juego en clave sevillista, seguir asimilando los conceptos futbolísticos del técnico Machín, así como reforzar la confianza del grupo. Y el mejor camino para poner las bases de dicho proyecto, con la entrada de algunas incorporaciones, es continuar ganando partidos con solvencia, con independencia de llevar a tierras magiares los deberes hechos en la ida.