Con la confianza que caracteriza al filial sevillista, el conjunto hispalense arrancaba el encuentro sin regalar el esférico a su rival. Un dominio de la posesión que poco a poco fue acercando a los pupilos de Paco Gallardo a la portería defendida por Barbero. Pejiño, con una máscara protectora en la cara tras la operación del tabique nasal, comandaba las acciones de ataque de un Sevilla Atlético que poco tardaría en estrenar el luminoso. El barbateño, cuando se cumplía el primer cuarto de hora de partido, cerca del vértice del área se inventaba un disparo medido a la escuadra para levantar al respetable con un golazo que hacía justicia con lo que se veía reflejado sobre el verde.
Dominador absoluto de la contienda, el Sevilla Atlético buscó ampliar el margen en el marcador con mucha verticalidad por las bandas. Respondía el conjunto castellano-manchego con un cabezazo de Expósito que Lucho, in extremis, salvaba bajo la línea de gol con una gran estirada. El guardameta colombiano que hoy regresaba al once inicial, nada podía hacer para detener el fuerte disparo de San José después de que al capitán visitante le llegara el balón manso a las botas tras un error defensivo a la hora de despejar el cuero.