El Sevilla FC está actualmente disputando la temporada en la que pasó a cuartos de final de la Copa de Europa superando al Manchester United en Old Trafford. Todo lo que se pueda añadir resultará accesorio por mucho que pasen años de historia futbolística. Con todo lo racional en contra, pero con esa fe fraguada a base de plata, el conjunto de Vincenzo Montella no sólo le aguantó el tipo al equipo más poderoso económicamente del mundo, sino que le dio un par de golpes en el momento clave que le hicieron besar esa lona, la de una de las catedrales del fútbol. Pase lo que pase en cuartos de final, la historia se vuelve a escribir 60 años después con una gesta de las grandes.
Salió como era de esperar intenso el Manchester United, pero el Sevilla no sólo tardó poco en sacudirse la presión sino que además le dejó claro a Mourinho que tenía cosas por las que temer. Ya en el ocho de juego llegó el primer aviso, con un córner que botó Banega y cabeceó con intención pero ligeramente alto Correa. Los sevillistas eran superiores en el centro del campo y eso les permitía merodear por el área de De Gea, pero seguía faltando ese tan comentado colmillo para crearle problemas al meta madrileño. Por su parte, el United lo fiaba todo a balones laterales hacia arriba y a forzar el mano a mano de Lukaku con alguno de los centrales.
El equipo sevillista aguantó un par de envites en el inicio y no tardó en dejar claro que iba a dar guerra
Hay que destacar los buenos primeros minutos de Franco Vázquez, buscando siempre la referencia de Muriel, así como la templanza del joven Lenglet pese al físico ataque al que le tocaba enfrentarse. Es cierto que esas buenas llegadas sevillistas se fueron viendo poco a poco equilibradas por arreones ingleses, aunque Sergio Rico sólo tuvo que actuar en un fuerte disparo de Fellaini que logró desviar con reflejos a saque de esquina. A 45 minutos para el teórico cierre de la eliminatoria, todo seguía como tras el pitido inicial en Nervión y con un Sevilla que seguía creyendo en que era posible.