No pudo ser una semana completa. Después de hacer historia en Manchester, el Sevilla FC se dejó tres puntos muy importantes este domingo en Butarque, donde el CD Leganés hizo más cosas bien para llevarse un botín que venía necesitando desde hace semanas. Después de una primera parte igualada, un tanto de Bustinza abrió la lata al borde del descanso. Ya en la segunda parte, cuando los de rojo necesitaban dar un paso adelante para al menos poner las tablas, el que volvió a encontrar el gol fue el conjunto pepinero, ya en un momento del partido en el que la reacción parecía misión imposible. Aún así, Layún se estrenó como goleador nervionense ya en el descuento
Con la permanencia muy encarrilada pero la necesidad de remontar el vuelo, el Leganés salió con intensidad arriba, escenificada en el siempre activo Amrabat. Ya a los tres minutos de juego lo intentó Gabriel cazando un rechace y disparando raso para hacer reaccionar a Sergio Rico. Poco después era el propio Amrabat el que hacía cantar el gol a Butarque tras un mano a mano con el meta sevillista. El franco-marroquí esquivó la salida del cancerbero con un movimiento de tobillo en el remate, pero la velocidad del balón no fue suficiente para evitar que Lenglet la sacase bajo palos. El Sevilla lo intentaba con sus habituales transiciones, con Nzonzi, Franco Vázquez y las bandas entrando mucho en juego. Sin embargo, no encontraba superioridad ante la puerta de Cuéllar.
Cuando todo hacía indicar que se llegaría al descanso con 0-0, Bustinza abrió el marcador con un cabezazo
La más clara de los de Montella en el primer tiempo llegó mediado el período, con un buen remate de Sarabia que atrapó Cuéllar pese a botar justo ante la línea. Nada hacía presagiar que alguno de los dos equipos fuese a encontrar ventaja antes del descanso, pero en esas llegó un saque de esquina que iba a marcar el partido. Quedaban sólo tres minutos para el intermedio y El Zhar botó el córner al segundo palo, donde apareció libre de marca Bustinza. En un escorzo casi imposible, el leganesista dibujó una difícil parábola con su cabezazo, impidiendo llegar a Sergio Rico y haciendo inservible el intento desesperado de Franco Vázquez por sacarla bajo los palos. Duro castigo para una primera parte en la que el Sevilla no había sido incisivo pero que había controlado sin muchos problemas las tímidas acometidas madrileñas.