CON SANTIAGO DEL CAMPO SE FUE EL CREADOR DE UN SÍMBOLO
Aunque ya lleva más de tres décadas emplazado en la fachada de Preferencia del Ramón Sánchez-Pizjuán, no es nada extraño ver, prácticamente a todas horas, cómo cientos de visitantes se fotografían junto al conocido mosaico con el escudo sevillista. Sin duda, se trata de uno de los principales símbolos de la entidad, que ha causado la admiración de propios y extraños. Sin ir más lejos, el diseño del escudo que le preside, que incluía cambios como la inclusión de las iniciales entrelazadas en color negro, ha quedado institucionalizado.
Su creador, Santiago del Campo, falleció tristemente el pasado mes de octubre, cuando afortunadamente, el propio club ya había cumplido con un merecido reconocimiento a este gran artista cordobés. Y es que en la Junta General de Accionistas de 2014 se acordó hacerle entrega de la insignia de oro y brillantes del club. Unos meses después, el pasado mes de abril y justo en el descanso del partido europeo ante la Fiorentina, Del Campo recibió dicho galardón acompañado por su familia. Seis meses después y a los 87 años, dejaba huérfana a su más reconocida creación.
Del Campo recibió la insignia de oro y brillantes del club en abril
Reconocido ceramista, pintor y muralista, uno de sus principales retos le llegó cuando el Sevilla FC se puso en contacto con él para que diseñase un mosaico de 480 metros cuadrados con el que coronar el diseño del estadio sevillista, que se estaba acicalando para albergar el Mundial de España. Pese a las enormes dificultades que conllevó su instalación, el resultado no ha podido ser más acertado, pues su diseño sigue impresionando a todo aquel que lo contempla. Así, fue incluso necesario buscar una fijación especial para que las piezas cerámicas resistieran las oscilaciones térmicas que acusa la ciudad a lo largo del año.
Aunque en un principio se pensó en acompañar al escudo de nombres de jugadores sevillistas históricos, finalmente se optó por un fondo blanco, que contrasta con los coloridos flancos en los que se colocaron numerosos banderines de equipos tanto españoles como internacionales. No es extraño, de hecho, ver como aficionados de otros equipos buscan sus señas de identidad en esta espectacular obra. Una obra que continuará erigiéndose en una referencia no solo deportiva sino también artística en la ciudad, aunque por desgracia, su creador ya no esté entre nosotros.