No hay mejor dicho en el fútbol para definir lo que ha sido el partido del Sevilla FC esta noche en La Rosaleda del que cuando no se puede ganar lo mejor es no perder. De perogrullo, pero más que fundamentado en un choque que tuvo momentos para ambos equipos, pero que se puso muy feo en su tramo final, cuando N´Zonzi se fue a la calle por doble amarilla y el Sevilla tuvo que resistir con uno menos. El Málaga sólo entonces se mostró superior y buscó con empeño el tanto de la victoria, pero los hombres de Unai resistieron con entereza el asedio y pudieron salvar un punto que tal vez por las ocasiones que se desperdiciaron en la primera parte pueda saber a poco, pero que indiscutiblemente hay que poner en valor tal y como se puso la cosa.
Se esperaba, o mejor dicho se demandaba, un Sevilla con protagonismo desde el principio. Y la realidad es que el Sevilla salió bien, enfilando con mucha clarividencia la portería contraria, con transiciones rápidas y verdadero peligro. En realidad, en la primera media hora de juego ambos equipos mostraron desparpajo y un juego alegre, que se fue perdiendo con la aparición del cansancio. Beto tuvo varias intervenciones de mérito, pero las mejores ocasiones fueron para los de Nervión. Gameiro tuvo hasta tres claras, pero en ninguna estuvo acertado. Primero, desperdiciando un rechace a tiro de Banega con Kameni en el suelo, después con un pase de Reyes que envío fuera en el área chica y finalmente en un mano a mano que mandó a las nubes, otra vez asistido por Reyes.