Después de más de dos meses el Sevilla FC volvió a caer a domicilio, precisamente en un campo donde, sobre el papel, ganar debería haber sido sencillo. Pero el fútbol no responde ni a la lógica ni a las matemáticas, más en un campeonato de enorme igualdad como LaLiga. El Granada, colista y todavía sin ganar con 13 jornadas disputadas, se impuso con solvencia ante un Sevilla que sin jugar un partido fluido, llevó gran parte del peso del mismo, generó peligro por banda y tuvo sobras ocasiones como para al menos puntuar -17 remates, 6 de ellos a puerta- si bien no dispuso de la pegada que exige una victoria.
El Sevilla FC saltaba al campo con un once en el que Mercado hacía de lateral izquierdo y Joaquín Correa lucía como titular, después del gran partido disputado este miércoles en Formentera. Lejos de lo que se pudiera pensar, Sampaoli no se guardaba nada pensando en Lyon, aunque sí es cierto que en los primeros minutos parecía que su equipo no tenía la mente puesta en su totalidad en el Nuevo Los Cármenes, porque el Granada tuvo una ocasión clara para adelantarse nada más arrancar el juego. Sergio Rico, sin embargo, le ganó la partida a Boga. Esa acción despertó a los nervionenses, que tiraron de método, adelantaron las líneas y comenzaron a presionar arriba. El dominio no tardó en llegar ni la profundidad en los ataques, especialmente por la banda derecha de Mariano. El partido se orientaba ligeramente para el Sevilla, que además tenía ocasiones, fundamentalmente una de Correa, que estrelló un claro remate en el cuerpo de un defensa.
No jugó con fluidez, pero incluso así el partido podía haber sido otro si hubiera habido más pegada