UNA AFICIÓN ENTREGADA AL SUBCAMPEÓN
El Sevilla FC cayó, pero lo hizo como lo tiene que hacer un gran campeón, peleando hasta el último minuto y plantando cara a un rival superior como el FC Barcelona, que por momentos estuvo bajo el yugo de los nervionenses. Por todo ello, los más de veinte mil aficionados sevillistas que poblaban las gradas apoyaron al equipo en el Vicente Calderón. Tras el encuentro, explotaron con una emocionante ovación a los héroes de Basilea que puso los vellos de punta. Fue marcar el Barcelona el segundo y rugir los sevillistas con el himno del Centenario. De ahí al campeones, campeones... Los jugadores, una vez concluido el choque, acudieron al Fondo Norte, con caras en las que se mezclaba tristeza y asombro, por ver el reconocimiento que les brindaban los aficionados, aún incluso en la derrota. Fue sin duda uno de los grandes momentos que deja la final del estadio Calderón, el cariño que brindó el sevillismo a unos futbolistas que -perplejos- observaban cómo su enorme trabajo era recompensado y aplaudido sin desmayo. Todo esto dice mucho de la manera en la que cayeron los hombres de Unai Emery, ante una afición entregada.