Que el Sevilla FC nunca se rinde es algo que además de en el himno de El Arrebato está en el ADN del conjunto de Nervión, no en vano algunas de las páginas más brillantes de su historia las ha firmado sobre la misma hora. El gol de Mbia en la semifinal de UEFA Europa League en Mestalla no es más que la constatación más notable del espíritu de lucha de un club que se ha convertido en una de sus verdaderas señas de identidad.
El Sevilla FC de Julen Lopetegui sublima esta filosofía en un campeonato donde la igualdad es máxima y los triunfos se deciden por mínimos detalles. Luchar hasta el final, incluso cuando parece que es imposible, resulta un valor añadido que a la postre marca la diferencia. El equipo nervionense es un gran ejemplo de ello en el presente curso, porque cuatro de las cinco victorias logradas en LaLiga se han certificado en el último tramo de los encuentros.
Contra el Cádiz se decidió en el 90, contra el Levante en el 92, contra el Celta en el 85 y contra el Huesca en el 82. A eso hay que sumar que el último triunfo en Champions contra el Krasnodar lo resolvió Munir en el 95. O lo que es lo mismo: cinco de los ocho triunfos logrados en el actual curso se lograron luchando hasta el final.
El espíritu competitivo del Sevilla FC de Julen Lopetegui se ha manifestado desde que el técnico vasco asumió las riendas del equipo, pero cada vez está más asentado, con el mérito que conlleva especialmente en esta temporada, donde los nervionenses están compitiendo en Liga y Champions y han disputado desde el 24 de septiembre 14 encuentros -final de Supercopa de Europa, 9 partidos de LaLiga y 4 de Champions-.