El jugador del primer equipo, Borja Lasso, acudió al programa de SFC TV, A Balón Parado. El canterano no está disfrutando de todos los minutos que le gustaría, pero sabe que con trabajo y constancia todo llega: “Cuando hice la pretemporada este verano, yo tenía muy claro lo que quería. Cuando el míster me dijo que contaba conmigo en la pretemporada, me dijo que el rol podía ser jugar mucho, poco o nada, pero era un reto para mí y lo quería asumir. Estoy aprendiendo, estoy madurando como jugador y tratando de aportar mi granito de arena”.
En partidos como el de Cartagena, quedó una vez más patente la calidad del canterano, asistiendo a Ben Yedder en el primer gol, entre otros detalles: “Llevo once o doce temporadas en el Sevilla FC. Tengo recuerdos del Sevilla desde que soy pequeño, muchos recuerdos desde antes incluso de ganar títulos, admirar eso y jugar partidos como el de ayer, es un sueño. Yo he ido poco a poco entrando en la dinámica del primer equipo y a veces, me paro a pensar, veo los jugadores que tengo al lado y me doy cuenta que soy un privilegiado y quiero seguir creciendo junto a ello”.
“Estoy madurando como jugador y estoy aportando mi granito de arena”
El último paso para ser jugador del primer equipo le llegó a Borja Lasso el pasado mes de junio. Berizzo le llamó junto a varios jugadores del filial para realizar la pretemporada. El jugador era consciente de la oportunidad que se le presentaba y quería hacer la pretemporada para quedarse: “Yo sabía que habíamos hecho una buena temporada en Laliga 1|2|3 y que había esa posibilidad. Traté de llegar en las mejores condiciones, empecé a prepararme dos o tres semanas antes de comenzar porque quería llegar a un buen nivel, no me suponía nada sacrificar tres semanas de mis vacaciones para luchar por mi sueño. Me salieron las cosas bien, los compañeros iban volviendo al Sevilla Atlético, yo seguía con el primer equipo y me esforzaba día a día para mantenerme ahí”.
Entonces llegó un momento decisivo: “Estábamos en Londres jugando la Emirates Cup, estábamos en el vestuario antes del partido y el míster me preguntó que qué prefería hacer, irme a otro equipo en el que pueda tener minutos desde el principio o luchar por hacerme un sitio aquí. Yo le dije que mi sueño era jugar aquí. Tras dos semanas, después de un entrenamiento me llamó a su despacho y me dijo que contaba conmigo”.