Era un partido de altura y así lo afrontó el Sevilla Atlético, un equipo que sigue rompiendo registros esta temporada y que en el Nuevo La Victoria de Jaén sumó este partido su decimosexto duelo consecutivo sin perder. Y pudo lograr aún más renta, pero el guión por el que llevaron al partido determinadas decisiones del colegiado, lo hizo más complicado si cabe. Ya cuando Borja Lasso había adelantado a los sevillistas, Mario solo vio una amarilla tras un codazo intencionado a Carlos Fernández. Poco después, llegaba el penalti por supuesto derribo de Matos a Hugo Díaz y que convirtió Sergio Molina.
Antes de eso, el partido comenzó por unos derroteros inesperados para los locales. El filial quiso el balón y a los diez minutos ya avisó Carlos Fernández, que con Felipe batido, disparó demasiado alto. Con el Jaén desactivado y ya a la media hora, el propio Carlos la tuvo más clara si cabe tras plantarse ante el meta, aunque su disparo fuerte pero centrado se estrelló en el cuerpo del propio Felipe. Eso sí, poco a poco fue despertando el Real Jaén, que fue mejor en el cuarto de hora previo al descanso y lo materializó con un disparo al larguero de Hugo Díaz.