Por la entidad del rival, quizás el empate a cero se habría podido ver con buenos ojos a priori en Nervión. Sin embargo, resulta difícil entender el resultado final si se analiza la actuación de ambos equipos sobre el césped. Con un Sevilla dominador, veloz y atentísimo en las marcas, sólo hizo falta algo más de acierto, aspecto en el que colaboró providencialmente la actuación del meta del United, David de Gea. Un empate a cero que resulta agridulce pero que es más que suficiente para ir a Inglaterra el próximo 13 de marzo con la intención de lograr un pase histórico. Bastaría, incluso, con empatar con goles en el Teatro de los Sueños.
Salió valiente el Sevilla, sabiendo que el Manchester le iba a ceder metros en terreno propio. Una intensidad que se mostró en esos primeros minutos de dominio sevillista. Muriel ya avisó a los tres minutos, sólo una advertencia de lo que sería la primera parte para De Gea. Además al cuarto de hora llegó el primer cambio de planes para Mourinho, que tuvo que dar entrada a Pogba por el lesionado Herrera. Con el francés sobre el césped los ingleses perdieron algo de control en el centro del campo y eso lo aprovecharon los sevillistas, que lograban superioridades y espacios que por desgracia no eran capaces de aprovechar en los últimos metros.
Hubo ocasiones de sobra para haber logrado el primer gol antes del descanso, con un De Gea decisivo
Sólo hicieron crecer los nervionenses con el paso de los minutos, mereciendo de forma sobrada ese primer gol. Correa en un par de mano a manos, un cabezo de Nzonzi tras chilena de Mercado y sobre todo un cabezazo de Muriel que sacó milagrosamente De Gea fueron las más claras. Todo ello en una primera parte con diez córners para los de Montella, ante un United que sólo tiro a puerta por medio de McTominay. Mientras los británicos se centraban casi exclusivamente en no encajar y poco más podían exigir en unos últimos minutos en los que sólo el guardameta medrileño fue capaz de evitar que llegase esa primera diana.