En un partido equilibrado y en una competición tan igualada, cada pequeño error se paga. Quizás no mereció perder el equipo sevillista esta noche en Vigo, pero no batir al Celta en la acción más clara del partido desembocó en el definitivo 1-0, que llegó en un saque de esquina casi de forma inmediata. No pudieron los nervionenses reconducir el camino tras la dolorosa eliminación copera y se impuso la necesidad de los vigueses, que acumulaban cinco derrotas consecutivas en LaLiga. Aunque los de Machín seguirán una semana más entre los cuatro primeros, está por ver qué consecuencias tendrá esta derrota, en lo que al colchón sobre el quinto se refiere, según lo que ocurra en el cierre de esta jornada.
Se suele decir que los primeros minutos de un partido son de tanteo, pero en este caso se puede decir que ambos equipos decidieron respetarse al máximo durante casi un tercio del mismo. Casi media hora duró el estudio mutuo de los dos conjuntos, en una fase de encuentro no precisamente atractiva para el espectador. El Sevilla quería el balón y pasada la línea de mediocampo intentaba acelerar la transición, pero los atacantes tenían que retroceder demasiado para recibir, resultando pues inocuos posteriormente para el meta Rubén Blanco. Casi lo primero reseñable en el guión del encuentro fue un fuerte encontronazo de Maxi Gómez con Arana, que obligó al brasileño a salir para ser atendido de una importante hemorragia en la nariz.
Arana tuvo que dejar el terreno de juego mediada la primera parte tras un encontronazo con Maxi Gómez
Pasada ya la media hora de juego lo intentó por primera vez el Sevilla con un centro de Promes desde la derecha, pero el balón al punto de penalti no llegó a su destinatario, que no era otro que André Silva, por el corte de un defensa. De ahí al primer cambio del partido, pues Arana no pudo seguir y dejó su sitio a Roque Mesa. Esto obligó a Machín a recolocar a Sarabia como carrilero zurdo, importante modificación no en el dibujo, pero sí en las piezas que lo componían. El Celta había tocado sin mordiente hasta que llegó su primera opción, un disparo de Hugo Mallo que con todo a favor la mandó a la derecha de la portería de Vaclík, en una acción posteriormente anulada por fuera de juego. Roque respondió con una internada que tapó bien Rubén Blanco y el primer tiempo, no demasiado vibrante, se cerró con el primer tiro a puerta del partido. Llegada de Boufal con velocidad por la izquierda y tiro con rosca sin problemas para Vaclík.