El Sevilla FC se quedó con un solo punto en un partido del que, por cómo empezó, se esperaban tres. El equipo de Emery no pudo romper la sequía de victorias, que se prolonga ya cuatro jornadas, y eso que tuvo el triunfo en su mano, adelantándose pronto y jugando una primera parte intensa en la que apenas encontró resistencia. Pero en la reanudación apareció la fatiga, los cambios no aportaron lo que debían y el Deportivo, viendo como los de Unai bajaban la guardia, apretó y logró el empate, sin tener siquiera que morder demasiado. Al final aparecieron las prisas y el Sevilla cargó con todo hacia la portería de Manu Fernández, pero lo hizo de forma atolondrada, abusando del juego directo y sin la suficiente certidumbre para llevarse un triunfo que en la primera mitad parecía indiscutible.
Se veía venir. Esa sensación estaba en las gradas del Sánchez-Pizjuán, que vivían con incertidumbre el avanzar de una segunda parte en la que el Sevilla experimentó un bajón que acabó pasando factura. En el intermedio, el equipo aparentemente tenía controlado el choque. En el minuto 20 Iborra había puesto tierra de por medio, finalizando de cabeza una buena dejada de Llorente a centro de José Antonio Reyes. Sin excesos, pero con lo suficiente para dominar con claridad, el Sevilla se imponía con suficiencia en una plácida primera parte, aunque le faltaban ocasiones para apuntillar.
El Sevilla arrancó fuerte y no tardó en ponerse por delante