No fue buena la primera parte del Sevilla FC en su estreno alemán. En los dos partidos previos, en Orlando, los de Sampaoli habían ofrecido un inicio arrollador, con muy buenas maneras, presión y agresividad… y lo importante en el fútbol: gol. Por ello, el arranque ante el SV Sandhausen y posterior desarrollo dejó cierto sinsabor. Primero por empezar por detrás en el marcador, tras un desafortunado bote de balón en un pase de Sergio Rico a Pareja que favoreció a Wooten para que marcara a puerta vacía en el minuto nueve de partido. Aunque para eso está la pretemporada, para enfrentarte a situaciones distintas que te hagan reaccionar según el momento. Y después, porque al equipo nervionense le faltó profundidad. Sin un delantero nato, pero con hombres muy verticales y versátiles, el Sevilla no funcionó casi hasta el ocaso de los primeros 45 minutos. Su rival, todo sea dicho, se encontró un gol a puerta vacía y pare usted de contar. No ofreció nada más.
Por primera vez, el Sevilla de Sampaoli comenzó por detrás en el marcador, lo cual ofreció una situación de partido distinta
Sin embargo, en los últimos cinco minutos del primer acto, surgió la figura de Vitolo. El canario, primero, envió un balón por encima de la portería. Y un minuto después, él mismo era objeto de un penalti que Konoplyanka, con suma sangre fría, se encargó de transformar engañando al portero. De este modo, el ucraniano se erige, con tres tantos, en el máximo goleador momentáneo de la pretemporada hispalense. Siendo así, con tablas, se marcharon los protagonistas al túnel de vestuarios.