Dura derrota para el Sevilla FC en San Mamés, donde se volvió a confirmar que repetir rival hace muy complicado salir airosos de forma consecutiva. Ante un Athletic Club que sabía que su verdadera final era la de hoy, la intensidad del los de Garitano resultó decisiva en un estadio en el que aún no se ha conseguido puntuar tras seis temporadas visitándolo. Un doblete de Iñaki Williams, que rompió el maleficio ante su público, tumbó a los de Machín, que no caían en LaLiga desde su visita al Camp Nou.
Pronto se vio que, tal y como había advertido Machín en la previa, el guión no tenía visos de parecerse demasiado a lo del jueves. Si en la Copa el Sevilla encadenó dos claras ocasiones en los cinco primeros minutos, la segunda en forma de gol, este domingo le costó mucho más plantarse ante la meta de Herrerín. Es cierto que Navas probó desde fuera del área en el dos de juego, pero el Athletic no tardó en hacer valer su característico juego físico para contagiar a un Sevilla que no conseguía combinar. Los de Garitano tampoco estaban volcados, pero hacían trabajar a Kjaer en un par de córners consecutivos con mucho peligro.
Una contra de Iñaki Williams desequilibró el partido demasiado pronto e hizo fuerte al Athletic
Las continuas interrupciones del colegiado hacían difícil que el Sevilla aplicase su juego de toque y en un contragolpe se terminó de complicar todo. Balón perdido en campo vizcaíno y rápida transición por la izquierda para que Williams, que acumulaba dos años sin anotar en San Mamés, drible a Kjaer y bata a Vaclík con un fuerte disparo imposible para el checo. Pareció responder el equipo de Machín tras el golpe, pero seguía sin producirse la necesaria conexión entre los de arriba para lograr el empate. La más clara la tuvo Sarabia tras una dejada en ventaja de Ben Yedder, aunque el madrileño se encontró con Herrerín y André Silva hizo falta en la pelea por el rechace.