Con todo perdido, Nervión nunca se rinde. Tras tanto debate sobre la imagen del equipo a domicilio, este domingo se escenificó ante el Eibar que, incluso el día que no sale nada, ante su gente siempre hay tiempo para la reacción. Después de una primera parte con un Sevilla atenazado al que Orellana puso por debajo, el buen arranque de la segunda no tuvo sus frutos e incluso Charles lograba el 0-2 en una acción de estrategia. Banega vio la segunda, Kike García tuvo el 0-3 en un gol que acabó siendo anulado y la situación parecía irremontable, pero la magia del Sánchez-Pizjuán tenía otra opinión. Con más corazón que cabeza, primero Ben Yedder y luego Sarabia consiguieron igualar sobre la hora. Incluso, hubo opciones para la remontada final.
El partido se abrió con una primera advertencia ofensiva del Sevilla, con un tiro cruzado y raso de Sarabia, que se cambió las tornas con Ben Yedder en la izquierda. El madrileño lanzó muy cerca del palo izquierdo de Riesgo, pero a partir de ahí el Eibar adelantó líneas y protagonizó algunos acercamientos. El más claro, casi cumplido el minuto 10 de juego, permitió a Diop recibir en la frontal tras una internada de Orellana, pero el mediocentro lanzó por encima del larguero de Vaclík. Avisos que acabarían desembocando en el 0-1, acción que se guisó y se comió el chileno Orellana. Robo a Mesa en la frontal, regate a Kjaer y cuerpeo favorable con Carriço para batir con calidad a Vaclík.
Una jugada personal de Orellana permitió al chileno abrir el marcador tras un robo en la frontal
Castigo para un Sevilla que más allá de los compases iniciales no era el habitual equipo dominador de los partidos de casa. A partir de ahí hubo reacción, pero no con dominio suficiente en la medular como para asumir las riendas del encuentro. El Eibar sentía que lo más difícil ya estaba hecho y se limitaba a estar bien colocado para intentar aprovechar la clarividencia de Orellana y volver a inquietar. Al menos, los acercamientos más peligrosos hasta el descanso sí fueron sevillistas. A la media hora, con un disparo sin dejarla caer en el segundo palo de Escudero que se marchó fuera. Poco después, con un centro de Sarabia y un remate de Ben Yedder que desbarató con la pierna Riesgo justo a tiempo.