Quizás con mucho más sufrimiento del que se podía esperar, pero el Sevilla FC vuelve a escribir su nombre en la fase de grupos de la Champions League. En un partido en el que la falta de acierto en el arranque tuvo mucho peso, el Basaksehir llegó al descanso con un 0-1 gracias precisamente a su puntería en la única que tuvo. En la segunda parte los sevillistas salieron enchufados y le dieron la vuelta con goles de Escudero y Ben Yedder, pero Visca le puso todo el picante a los diez últimos minutos con el 2-2. Tocó apretarse los machos como nunca, pero el final, esta vez, fue muy dulce.
Sabía el Sevilla que tenía que intimidar a su rival desde el principio y el guión se cumplió. De hecho, Bacacan temió hasta en tres ocasiones que su meta quedase batida antes de que la afición recordase a Antonio Puerta en el minuto 16. Correa, mano a mano con el meta, Ben Yedder con un disparo demasiado cruzado y Mercado con un trallazo al poste, fueron los protagonistas. Sin embargo el tanto no llegó y la primera parte casi se esfumó, a partir de ahí, para los de Berizzo en ataque. Todo lo contrario que el Basaksehir, que en su primer aviso lograba el 0-1 por medio del mismo goleador de la ida, Elia. El pase de la muerte de Caiçara lo aprovechó el africano en el segundo palo para darle emoción a la eliminatoria. A partir de ahí, curiosamente como en la ida, el Sevilla pareció desconectarse y apenas probó suerte con un disparo de falta de Banega que se marchó arriba.
El gran inicio ofensivo sevillista en la primera parte se vio frenado al cuarto de hora de juego
En la segunda parte todo empezó de forma distinta. Pizarro, muy atento a cada balón suelto en el primer tiempo, estuvo más pegado a Nzonzi y eso permitió acumular más posesión, mientras los turcos sumaban hombres atrás para intentar salir rápido a la contra. Hacía falta un gol para recuperar la tranquilidad y su autor fue, también como en la ida, Sergio Escudero, que cabeceó un espectacular centro de Navas desde la derecha.