Con paso firme, mereciéndolo e incluso sobrándole toda la segunda parte, el Sevilla FC selló su pase a cuartos de final ante el Basilea en una noche que dominó de cabo a rabo y que sólo tuvo emoción hasta que con la media hora cumplida Rami desniveló el marcador con un cabezazo por abajo de mucho mérito. El Basilea tuvo su momento, precisamente con otro cabezazo de Rami, esta vez en propia puerta, que David Soria sacó con una estirada soberbia. Minutos después Gameiro cogió la ametralladora y llenó de plomo a los suizos, con dos goles en dos minutos, que dejaron a los suizos vistos para sentencia antes del descanso.
Pese al apacible desenlace, en la previa el partido tenía su intríngulis, porque el 0-0 de la ida podía volverse una amenaza si el Basilea era capaz de marcar pronto o incluso si lograba sujetar al Sevilla y aguantar el empate hasta el segundo tiempo para generar dudas en los locales. El Sevilla, no obstante, lejos de especular salió por derecho a por el partido. Emery no escatimó desde el banquillo y puso en liza un once de gala, con Gameiro en punta, y David Soria bajo de palos. El dominio fue total desde el principio, pero el Basilea, bien plantado, evitó con solvencia los primeros intentos de abordaje, si bien las llegadas eran constantes y el gol nervionense se intuía. De tanto empujar el muro acabó cayendo en el minuto 35, después de que Rami, con un testarazo dificilísimo, aprovechara un saque de esquina botado por Reyes. Del utrerano hoy se esperaba un paso adelante y lo dio con creces.
Reyes dio el paso adelante que exigían las circunstancias