El gol, en teoría, daba tranquilidad al equipo de Unai Emery, pero la realidad fue otra. Casi por inercia, por la ventaja adquirida, el Sevilla cedió terreno al Shakhtar, que se hizo con el balón y fue creciendo a medida de que Marlos iba afinando su rendimiento. El plan en sí no era malo, porque el Sevilla saliendo desde atrás genera siempre problemas. La cuestión, sin embargo, era que ante el dominio ucraniano los nervionenses apenas ofrecían respuestas a la contra. De hecho, mucho peor, fue el Shakhtar quien cogió a los nervionenses desprevenidos en el minuto 44, culminando Eduardo una sensacional acción individual de Marlos.
Se llegaba al descanso con la sensación de que el Sevilla había dejado escapar vivo a su rival, que se repuso e incluso acabó el primer tiempo transmitiendo mucho peligro sobre las inmediaciones de David Soria. El intermedio, como en la ida, arribaba en el mejor momento, cuando peor lo pasaban los locales.
En el peor momento, como las grandes estrellas, Gameiro rutilaba y marcaba el camino
La segunda parte no podía presentarse más abierta, pero Gameiro tardó muy poco en volver a poner las cosas en su sitio. El francés acompañó con inteligencia una arrancada de Krychowiak, le marcó el desmarque, pisó área, regateó a Pyatov e hizo el segundo con temple magistral. Soberbio en todos los sentidos, Gameiro, como las grandes estrellas, rutilaba y marcaba el camino de la hazaña cuando más falta hacía.
Esta vez el Sevilla sí gestionaba mejor su ventaja e incluso se postulaba para el tercero, que no se hacía mucho de rogar, gracias a un latigazo sublime de Mariano desde la derecha. Lo que poco antes parecía peligrar, ahora se sentía propio con todas las de la ley. Desconcertado, el Shakhtar sacaba todo lo que llevaba dentro para pelear por lo que ya apenas tenía sentido, porque una nueva gran noche de fútbol europeo se aliaba con la mística de Nervión.
Otra vez para Andalucia, España y el mundo, el Sevilla FC en todo su esplendor hacia la gloria
El Sevilla, sin dispendios pero con el oficio suficiente para no sufrir en exceso, hizo de la última media hora un buen rato para su hinchada, entusiasma fundamentalmente con las carreras de Gameiro, especialmente las que hacía en las ayudas defensivas. Después de ser varias veces ovacionados, el francés salió del campo a diez minutos del final, con el Sánchez-Pizjuán a rendido a sus pies. Retirado el galo, los cánticos más animosos fueron para Unai Emery. Un nombre u otro, daba igual, porque la gloria era de nuevo para el Sevilla FC en todo su conjunto, para la ciudad de Sevilla. Otra vez para Andalucía, para España y para el mundo. Otra vez el Sevilla FC en todo su esplendor hacia la gloria, otra vez el orgullo del fútbol andaluz latiendo al ritmo del tetracampeón que jugará su quinta final de la Europa League, su tercera consecutiva... El tetracampeón, que quiere coronarse de nuevo, el tetracampeón insaciable, el que no se conforma, el que siempre quiere más... el Sevilla FC del siglo XXI, ni más ni menos.
FICHA DEL ENCUENTRO
3. SEVILLA FC: David Soria, Coke, Rami, Carriço, Tremoulinas (Escudero, minuto 73), Krychowiak, N’Zonzi, Mariano, Banega (Cristóforo, minuto 88), Vitolo y Kevin Gameiro (Iborra, minuto 82).
1.SHAKHTAR: Pyatov, Srna, Kucher, Rakitskiy, Ismaily, Malyshev, Stepanenko, Kovalenko, Marlos (Wellington, minuto 84), Taison (Bernard, minuto 76) y Eduardo (Dentinho, minuto 84).
GOLES: 1-0, minuto 9: Kevin Gameiro. 1-1, minuto 44: Eduardo. 2-1, minuto 46: Kevin Gameiro. 3-1, minuto 58: Mariano.
ARBITRAJE: Bjorn Kuipers, holandés. Amarillas para Marlos, Rakitskiy, Kucher, Éver Banega, Eduardo, Ismaily, Stepanenko y Vitolo.
INCIDENCIAS: Partido correspondiente a la vuelta de las semifinales de la Europa League. 41.286 espectadores. Estadio Ramón Sánchez-Pizjuán.