Noche redonda para el Sevilla FC con motivo de la visita del Ahisarspor turco, equipo que sufrió la mayor goleada del Sevilla FC en un partido europeo justo la noche en la que el club nervionense acumulaba un centenar de triunfos continentales. Casi nada más empezar ya estaba todo resuelto con un rápido doblete para los de Machín, que en la segunda parte pudieron redondear el electrónico. Además, el inesperado final de partido en Bélgica permite redondearlo con el liderato del grupo, aunque precisamente el Standard, tercer clasificado, se coloca con los mismos puntos que los hispalenses.
Dijo en la previa Pablo Machín, sin dejar de reconocer que el Akhisarspor no era precisamente el rival más temible del grupo, que cualquier exceso de confianza podía costar caro. Lo más importante era empezar fuerte y aprovechar las primeras ocasiones para evitar que el guión, previsiblemente benévolo, no se pudiese complicar en ningún momento. Dicho y hecho por parte de sus pupilos, que se bastaron de los primeros acercamientos al área de Lucak para dejar el partido visto para sentencia. Con las líneas muy adelantadas y obligando a los turcos a centrarse en la defensa, el primer intento tardó en llegar tres minutos, con una dejara de Sarabia que Promes cruzó en demasía. Buenos minutos para el holandés, que mostró mucha movilidad y acabaría encontrando el premio de su primer gol como sevillista. Eso sí, antes de ello le tocó el turno a Roque Mesa, que aprovechó la presión de un rival para pegarle sin pensárselo y la mandó a la misma escuadra diestra de la meta otomana.
A los nueve minutos ya estaba todo más que encarrilado con los goles de Roque Mesa y Sarabia
Habían pasado sólo siete minutos de partido y las cosas ya estaban de cara, pero eso no era más que el inicio. De hecho, aún con la grada celebrando el buen tanto del canario, una internada de Aleix Vidal dentro del área obligó al portugués Miguel Lopes a cometer penalti. Aún en el nueve de juego, Sarabia tomaba la responsabilidad y no fallaba con un disparo ajustado al palo izquierdo. El partido como quien dice acababa de empezar y la sensación era de que el trabajo estaba hecho, al menos desde la grada. Y lo cierto es que en el césped también se notó en cierto modo, pues el Sevilla bajó revoluciones, tocó más y permitieron un par de acercamientos turcos, por suerte sin demasiada precisión. El partido entró en una fase de letargo y sólo despertó a diez para el descanso y con el tercero de la noche. Acción hilvanada desde la izquierda, balón bombeado de Vázquez y remate acrobático de Quincy Promes. El holandés lo parecía tener todo perdido ante Lucak, pero tras dos rebotes en el poste, la pelota se acabó colando.