No podía fallar y no lo hizo, por cuarta jornada consecutiva. El Sevilla logró este domingo, en su primer partido en fin de semana posterior al confinamiento, tres puntos que le dejan al borde de conseguir el objetivo de la temporada. Con un tanto de penalti de Ocampos al borde del descanso y una bella acción de En Nesyri a cinco para el final, los de Lopetegui se escapan a nueve puntos del Villarreal, al que solo le quedan tres partidos por jugar y que deberá ganarlo todo y esperar a que el Sevilla caiga en los dos que le restan. Mañana, en La Cerámica, primera 'bola de partido'.
Como suele decir Lopetegui, cada partido es un melón por calar. En casa, el Sevilla ha tenido inicios muy diferentes y en esta ocasión se le vio dominar desde que el balón empezó a rodar. Con el punto fuerte en la medular, los nervionenses prácticamente ahogaron al Mallorca, que apenas tuvo un par de oportunidades para salir al contragolpe en la primera parte y sin demasiado peligro. Es cierto que los baleares también estaban bien pertrechados atrás y al Sevilla le costó inquietar a Reina, aunque lo intentaba por todos los flancos.
Costó llegar a puerta en la primera parte, aunque Ocampos abrió la lata de penalti
Por ello, en los primeros compases del partido hubo más acciones inconclusas que remates a la portería bermellona. No fue hasta cumplida la media hora cuando de verdad la tuvo en sus botas Fernando, que tuvo un doble remate en el primer palo que el guardameta malagueño supo desvirtuar. Eso sí, nada pudo hacer al borde del descanso en una acción propia de la nueva norma de las manos dentro del área. A cabezazo de Reguilón dentro del área, Pozo encimó con el brazo levantado. Acción involuntaria pero a todas luces contraria al actual reglamento. Ocampos, desde los once metros, engañó con templanza al cancerbero para hacer el 1-0.