Si el Sevilla y la Europa League están de por medio, todo puede pasar. Eso lo sabía el United y lo acabó sufriendo en sus carnes en uno de los grandes partidos de los 130 años de historia del club, que ya es decir. Aunque las cosas se pusieron feas muy pronto con un discutible penalti de Diego Carlos sobre Rashford convertido por Bruno Fernandes, el gen ganador apareció de nuevo, esta vez en su máxima expresión. Suso igualó pronto y el Sevilla sufrió lo indecible en el arranque de la segunda parte con un Bono descomunal, pero una vez pasada la marea, De Jong aprovechó una pifia defensiva de los de Solskjaer para hacer el 2-1. Quedaban 12 más el alargue y tocaba sufrir, pero no más de lo que lo que lo había hecho ya. ¡Estamos en otra final!
A diferencia de los dos duelos anteriores, el Sevilla no salió con la situación controlada. El United presionó muy arriba desde el inicio y puso a prueba la fortaleza de las líneas de su rival. Se jugaba en campo nervionense y en la primera ocasión llegó el 0-1. Disparo de Rashford que tapa milagrosamente Bono pero el colegiado para la acción al decretar penalti de Diego Carlos sobre el propio Rashford en la continuación de la jugada. Bruno Fernandes lanza y la pone, esta vez sí, imposible para Bono.
El tempranero penalti en contra este vez sí cambió un guión que lo complicaba todo mucho
El Sevilla recuperó el pulso con el marcador en contra, aunque Fred la tuvo muy pronto para el segundo. La primera respuesta seria fue de Ocampos con un tiro potente pero al alcance de los puños de De Gea, que la mandó a córner. Ahora el Sevilla era mejor y no desaprovechó su momento. Antes de la media hora puso las tablas con una gran acción combinada desde campo propio y un centro magnífico de Reguilón que descolocó a la zaga inglesa y permitió a Suso meterla por el primer palo.