Otra vez esa sensación. De nuevo a las puertas de la gloria. El Sevilla FC se ha colado en las semifinales de esta inédita UEFA Europa League con un partido muy distinto al que le permitió superar a la Roma. Tras un fulgurante inicio de los ingleses, penalti parado por Bono incluido, la manija siempre fue blanquirroja aunque a la espera del tanto que inclinara la balanza. Un tanto que volvió a ser del de casi siempre, Lucas Ocampos, que cabeceó con mucha mala idea un centrod e Banega para ponerla imposible a Rui Patricio.
Estaba avisado el Sevilla de la rapidez en las transiciones del Wolves y lo vivió en sus carnes en el primer minuto. Eso fue lo que tardó Raúl Jiménez en probar a Bono al cabecear un centro lateral de Adama. Los naranjas salieron más activos y Dendonker también probó con una falta rematada en escorzo, pero sin duda la más clara llegaría cumplido el minuto 11.
Diego Carlos no pudo evitar el penalti sobre Adama, pero Bono resolvió bajo palos
Galopada de Adama desde campo propio que solo puede parar Diego Carlos con un indiscutible penalti. Nadie protestó y Jiménez lanzó desde los once metros, pero Bono adivinó aguantando hasta el final. El Sevilla pasó el susto y se hizo con el balón, por lo que dejó de sufrir con las contras. Eso sí, tampoco consiguió inquietar a Rui Patricio debido al buen planteamiento defensivo de Nuno. Disparos lejanos de Suso, Ocampos y Jordán fueron las únicas armas sevillistas pero sin la necesaria mordiente como para pensar en el 0-1.