El vicepresidente segundo del Sevilla FC, Gabriel Ramos Longo, así como el consejero de la Entidad Rafael Carrión Amate acudieron este viernes al acto de firma del acuerdo de donación a la Universidad de Sevilla de documentos de Manuel Blasco Garzón, celebrado en el propio Rectorado de la universidad hispalense. Blasco Garzón presidió el Sevilla FC entre 1923 y 1926, así como fue presidente del Ateneo, director de la Real Academia de Buenas Letras, presidente del Colegio de Abogados, del Aeroclub de Andalucía y del Club Rotario de Sevilla, concejal y primer teniente de alcalde del Ayuntamiento sevillano, desde donde dio el salto al plano político nacional, en el que ejerció como ministro de Comunicaciones y Marina Mercante y, posteriormente, de Justicia.
En el aspecto futbolístico, Blasco Garzón impulsó al club en todas sus facetas, en la económica al establecer un considerable cuerpo social, y en la deportiva fichando a varios jugadores de entidad, entre ellos a Caballero, Roldán, Fuentes, Iglesias, Carreño, Monge y, principalmente, a Guillermo Eizaguirre, este último procedente de la cantera. Pero el mejor fichaje que realiza para el Sevilla FC es el del hijo de su íntimo amigo Eduardo Sánchez-Pizjuán. Blasco Garzón hizo directivo a Ramón Sánchez-Pizjuán cuando éste contaba con tan sólo con 24 años. Durante su mandato, la equipo conquistó dos Copas de Andalucía y es pionero en dos cuestiones sin precedentes en el club: contrata al primer médico que tiene la sociedad, José Manuel Pueyes de los Santos, y organiza las primeras concentraciones que realiza el Sevilla en una finca propiedad del Barón de Gracia Real, más tarde también presidente de la Entidad, en el sevillano pueblo de Villanueva de Rio y Minas.