El Eibar-Sevilla FC de este sábado es el partido apropiado para seguir atando cabos del nuevo proyecto nervionense, sustentado en buenos resultados. Si importante para el crédito del equipo fue la reciente cita de lujo en el Juventus Stadium y también será clave el duelo de la máxima rivalidad del martes, con toda su pujante vitalidad, el mismo afán de cada día es el que hay que mostrar ante el conjunto eibarrés, en choque más que ilusionante por muchas cosas. La primera, confirmar el buen inicio liguero (7 puntos de 9 posibles), así como, retomar buenas sensaciones de un equipo sevillista reforzado en su confianza, ratificar la profundidad de la plantilla con las lógicas rotaciones, mantener sin merma la competitividad ante un rival a priori inferior y, de una vez por todas, iniciar un nuevo ciclo de triunfos foráneos, tras 20 intentos en 16 meses sin hacerlo en la Liga.
El mismo afán competitivo requiere una cita tan importante como la que llega entre dos compromisos de lujo
El Sevilla no ha perdido en Primera ante el cuadro armero. Es cierto, que sólo fueron 4 encuentros, con dos victorias y dos empates. En el Municipal de Ipurúa, en concreto, los sevillistas firmaron hasta ahora (en la 14/15) un 1-3 en su primera visita (goles de Bacca -2- y Reyes) y el 1-1 último, con tanto de Gameiro, en la 15/16. Siempre hubo goles entre los dos equipos. A los locales se les supone raza y desparpajo, y a los nervionenses una mayor calidad, que no será suficiente si no pone en la pelea la misma raza e ímpetu que sus rivales de este sábado. Un dato eibarrés refuerza la dificultad de este equipo en su casa: suma cuatro partidos sin perder; aunque nunca sumó cinco. Doble reto pues del Sevilla de Sampaoli, cortar esa racha local, además de la propia de ganar a domicilio, algo que no logra desde mayo 2015 en La Rosaleda.