Se disputa en el Sánchez-Pizjuán el 38º Sevilla-Granada, una cita de claro color local en toda la historia de Primera y a la que se añaden los peores números del cuadro nazarí en su balance foráneo del presente curso: cero victorias, cuatro empates (Villamarín, Mestalla, Rosaleda y Riazor) y 12 derrotas; el único equipo que no ha ganado fuera de casa este año. Es además el menos goleador a domicilio (11) y el más goleado (44), aunque en algunos pleitos no mereció perder. El primer mandamiento es respetar al rival, más aún si el Sevilla suma 4 encuentros seguidos sin ganar a los granadinos en Liga: un empate 1-1 y dos derrotas 2-1 en Los Cármenes y el 1-4 de hace casi un año en Nervión cuando los sevillistas se jugaban el prurito ganador y los visitantes la vida. Pero esta vez no es así: los de Sampaoli se juegan todo y los nazaríes llegan a 7 puntos de la salvación (que son 8) al perder sus dos partidos ante Leganés.
Toca firmar una victoria convincente ante el peor visitante, mostrando el hambre que el sevillismo desea ver en los suyos
La historia sólo es una referencia aunque en este caso los números son definitorios. De 18 duelos en el Sánchez-Pizjuán en Primera ante los granadinos, el Sevilla ganó 14, empató dos y cedió dos derrotas: 1-2 en octubre de 2011 y el citado testimonial 1-4 de mayo de 2016 (gol de Diego González). En la primera vuelta de este curso, Pereira y Lombán sorprendieron a un Sevilla desactivado que sólo hizo el 2-1 por medio de un penalti postrero en el 90’ marcado por Ben Yedder. Otro dato a resaltar es que el Granada ha disputado este año cuatro derbis andaluces y no ha perdido ninguno, con dos victorias caseras (2-1 al Sevilla y 4-1 al Betis); y dos empates fuera (2-2 en Villamarín y 1-1 en La Rosaleda). El fortín nervionense no obstante debe dictar esta vez el camino a seguir para lograr el décimo partido invicto, su mejor racha este curso. Con hambre y actitud como motores del importante choque.