Partido clave, como parece que serán los cuatro que restan para cerrar el campeonato. Pero el hecho de afrontarlo a domicilio y en una jornada bisagra como esta, convierte a los tres puntos de Montilivi en totalmente decisivos. Y es que el Sevilla puede pasar de asaltar de nuevo la cuarta plaza -siempre y cuando el Getafe no gane en Anoeta- a quedarse a tres puntos de los azulones, con el golaverage perdido y a falta de nueve, si todo se da en contra. Por otro lado, un punto ante el equipo de Eusebio aseguraría como mínimo la séptima plaza, lo que a su vez permitiría, de forma virtual, asegurar la séptima clasificación continental consecutiva.
Y es que para que el séptimo vaya a Europa oficialmente, es necesario que el Valencia también asegure su presencia entre los siete mejores, algo que matemáticamente no puede ocurrir esta jornada. En el caso de que gane la Copa del Rey, no sea al menos séptimo y además no gane la Europa League, el equipo ché se quedaría con la plaza de UEL privando al séptimo clasificado de ese privilegio. Eso sí, si algo tiene claro el Sevilla desde todos sus estamentos es que el objetivo principal es el de la cuarta plaza, para el que no queda otra de ganar y seguir presionando al Getafe y al propio Valencia, que seguiría como mínimo tres puntos por detrás.
Justo antes de jugar, los sevillistas ya sabrán lo que haya hecho el Valencia
Aunque ya está con el grupo, André Silva sigue siendo baja al igual que Gonalons, mientras que salen con respecto al jueves Kjaer y Carriço. Escudero, una vez cumplida su sanción, así como Gnagnon, son las dos principales novedades entre los 18 que esta tarde tomaron rumbo a Gerona. La plaza de un equipo que se ha dado bien estadísticamente, pues desde que lograran el ascenso la pasada campaña, no han conseguido puntuar ante el Sevilla y ni tan siquiera le han logrado hacer un gol. El Girona, ante penúltimo, cuenta con la desventaja de haberse ido cayendo poco a poco, lo que le obliga a cambiar la inercia en estas cuatro últimas jornadas si no quiere regresar a la Segunda División.
El conjunto catalán llegó a disponer de una renta de hasta diez puntos sobre la zona roja de la tabla, pero las últimas seis derrotas consecutivas han situado al Girona a un paso del abismo. Su afición no presencia en directo una victoria de su equipo en LaLiga desde hace ya más de seis meses, cuando el pasado 27 de octubre los derrotaron al Rayo Vallecano por 2-1. El Girona es, de hecho, el peor equipo de la competición como local, con tan solo dos victorias ligueras en su estadio y un balance de once partidos consecutivos sin conocer el triunfo. Sin Mojica, Aday Benítez ni Planas por lesión, todo hace indicar que Eusebio se decantará por el 4-3-3 en lugar del sistema que heredó de Machín y que también ha utilizado a lo largo de la temporada.
El Girona acumula nada menos que seis meses sin sumar de tres en su feudo
Y si el pasado jueves ante el Rayo dirigió el partido un árbitro con el que los sevillistas mantienen un pleno de victorias, en Montilivi se reencontrará con un trencilla con estadísticas diametralmente distintas. De hecho José Luis González González promedia más derrotas de los nervionenses que cualquier otro colegiado de Primera. La última vez que se cruzaron, de hecho, fue con motivo de la derrota ante el Valencia CF, la única en casa con Joaquín Caparrós entre sus dos últimas etapas en el cargo. El VAR será responsabilidad del aragonés Santiago Jaime Latre.