El estadio Ramón Sánchez-Pizjuán será testigo señero de una de esas citas futbolísticas por las que merece la pena haber fundado una entidad como el Sevilla FC (con orígenes en 1890) que sueña con dar un nuevo paso adelante en su crecimiento, con firmeza y convicción. El rival en este caso será curiosamente el Leicester City (fundado en 1884), un conjunto del país pionero del fútbol que, al margen de su nivel y su estado actual de forma, lleva detrás toda la historia competitiva de la prestigiosa Premier League, de la que es el actual campeón. Porque, además de lograr el billete para los cuartos de final del máximo torneo mundial de clubes, aquí se juega asimismo el prestigio europeo de estar entre los ocho mejores del continente. Y ese crédito se mide no sólo en el césped sino también en la grada, donde el sevillismo está obligado a ofrecer al mundo una noche mágica de unión y apoyo total a su equipo.
Este día ‘D’ en sevillista obliga al equipo y aficionados nervionenses a afrontar la cita como una noche mágica de comunión entre todos
El Sevilla no se ve en otra encrucijada similar desde la 1957/58, cuando ganó al Aarhus danés por el global de 4-2 y logró pasar a cuartos de final de la extinta Copa de Europa. Seis décadas después, en la homónima Liga de Campeones, de nuevo está en condiciones de repetir la proeza y darse un baño de prestigio europeo al alcance de muy pocos elegidos. Y este reto debe afrontarse desde la humildad de los más grandes, respetando al máximo al rival, así como asumiendo que está viviendo una jornada especial; es otro paso más para permanecer de pleno derecho en la élite futbolística. El Leicester City será sin duda un rival complicado, sólo ha perdido en Champions un partido, y estando ya clasificado para octavos.