UN TRIUNFO FUNDAMENTADO EN EL REMATE
El Sevilla FC logró estrenarse en Liga en un partido que se le complicó y mucho tras el descanso. Sin estar especialmente bien en el primera parte, la superioridad de los nervionenses fue un hecho, con un 51 por ciento de posesión, 12 pases más que su rival, tres remates más desde dentro del área o dos remates más entre los tres palos, además del claro 2-0. Sin embargo, el bajón de la segunda mitad fue notable, algo que no sólo se tradujo en que el Rayo llegara a empatar, sino en el dato de que el equipo perdió más de seis puntos en lo que respecta a la posesión del balón con respecto al primer acto.
En realidad, en el cómputo global del choque, el Rayo se impuso en casi todas las variables, lo que evidencia que no fue un triunfo fácil: más posesión (51,8), más juego de ataque, 26 pases, 19 toques ó 14 acciones buenas en el área más que el Sevilla. Sin embargo, al conjunto madrileño le faltó lo que el nervionense tuvo de sobra: remate.
El Sevilla tuvo menos posesión, pero disparó el doble que el Rayo
Es en esta faceta, la de la persistencia en la pegada, donde se fundamenta la victoria de los hombres de Unai. El Sevilla remató 12 veces por 6 del Rayo dentro del área, así como 8 veces a portería por 5 de los visitantes. El Rayo tuvo más balón, pero a la hora de golpear apenas inquietó la mitad que los de Nervión.
Reyes, el más participativo
En clave sevillista, José Antonio Reyes volvió a dejar patente el rol de líder que quiere representar en el presente curso. Sin tener su día más desequilibrante, Rayes participó en las jugadas de los dos primeros goles, asistiendo en el segundo, pero además fue el jugador que más tocó la pelota (77 veces), una estadística que por lo general suelen dominar los mediocentros. Ningún sevillista rebasó los 70 toques, una prueba clara de la implicación del utrerano, una apreciación que se ve reforzada con el hecho de que fue el jugador que más balones recuperó, siete.
Konoplyanka: ocho toques, un gol
No obstante, con permiso del propio Reyes y de Gameiro, que marcó un tanto y fue quien generó más peligro, el gran nombre propio de la noche de este sábado es el de Yevhen Konoplyanka. El ucraniano dispuso de 27 minutos, en los que apenas tocó 8 balones. Fue suficiente para marcar la diferencia, logrando el tanto del triunfo con una perfecta ejecución de una falta. Los 8 toque del ucraniano se resumen en dos remates, cuatro pases acertados, un balón perdido y una entrada errada. Los jugadores de suma calidad necesitan muy poco para imponer su ley y Konoplyanka dio buen ejemplo de ello.