Lo que en la previa podría considerarse lógico se hizo realidad en el Ramón Sánchez-Pizjuán. El Bayern se llevó la victoria en la ida de cuartos de final de la Liga de Campeones, en un partido con dos partes muy diferenciadas. Una primera en la que no se sabía qué equipo era uno de los más laureados del continente y cuál el invitado por méritos propios en esta gran fiesta del fútbol de élite. De hecho se llegó a poner por delante el equipo de Montella con un gol de Sarabia, que por desgracia no sirvió para mantener la ventaja por más de cinco minutos. La diana en propia meta de Navas lo complicó todo y deparó una segunda mitad de dominio bávaro. Un fútbol que deparó el 1-2, obra de Thiago y que ponía las cosas aún más difíciles. Aunque el Bayern dio por bueno ese marcador y el Sevilla apretó, las acciones para el 2-2 no fructificaron.
Si alguien esperaba un Sevilla empequeñecido en el inicio, se llevó una decepción. Aunque el Bayern dejó muy claro desde el principio que no le valía el empate a cero, los de Montella no perdían la oportunidad cuando encontraban espacios en la medular, con Navas y Escudero percutiendo con mucho peligro. Los alemanes, bien pertrechados atrás y con la máxima de no regalar nunca un balón al rival, mantuvieron el juego de toque pero fueron perdiendo ese peligro que se les presuponía con el paso de los minutos. De hecho, hubo que esperar al minuto 19 para encontrar la primera ocasión, un balón muerto dentro del área que caza Sarabia y cuyo disparo sale con demasiada rosca a la izquierda de Ulreich.
El golazo de Sarabia desató la ilusión, pero la alegría se vio truncada con el rápido empate
Fue el primer aviso, tímidamente respondido con un tiro lejano de Thiago Alcántara que no supuso demasiados problemas para David Soria, que volvía a la titularidad. El Sevilla lo intentaba con un público volcado, aunque seguía faltando ese acierto que tanto viene lastrando al equipo. Al menos, Sarabia se pudo quitar la espinita a la media hora de juego, cuando recibió un centro cerrado de Escudero, se impuso a su par, y esta vez sí, se la cruzó al meta bávaro para que el 1-0 encendiera Nervión. Golpe al gran favorito en la eliminatoria, que por desgracia no tuvo que remar tanto para encontrar su premio. Habían pasado sólo cinco minutos cuando un centro chut de Ribery lo mandaba dentro sin intención Jesús Navas. Soria intentó tapar, pero su despeje dio en el palo antes de entrar y convertirse en el 1-1. Justo antes el lesionado Vidal había dejado su sitio a James, que curiosamente inició la acción del empate.