Bastó una primera parte inapelable, donde el Sevilla se impuso por intensidad
Valiéndose de su versión fiabe de casa, el Sevilla sometió al Espanyol con relativa facilidad desde el comienzo. Muy pronto metió revoluciones al choque, siempre bajo el compás de Ever Banega, que con su privilegiado sentido del juego desmembró a un Espanyol que solo resistió hasta el minuto 16, cuando Immobile finalizaba con destreza una sensacional jugada de Vitolo. El canario, que pese a jugar en la banda derecha ocupaba también el pasillo interior, arrebató el cuero presionando con nervio a un rival en zona comprometida y arrancó hacia la portería de Pau López, que desvió ligeramente su remate, cazando el rechace Immobile, que con garbo se coló entre un mar de piernas espanyolistas. El intrépido delantero italiano ponía el partido en suerte y además lograba un merecido premio, porque venía buscando el gol con ahínco y merecimiento desde el arranque.
La preponderancia del Sevilla se elevó con la ventaja en el marcador. Al equipo nervionense, que cedió más el balón al Espanyol y se limitó a esperar su momento, sólo le faltaba apuntillar. Ocasiones tenía, pero no fue hasta los minutos finales del primer acto cuando una rápida salida ofensiva acabó con servicio al espacio de Mariano y definición impecable de Banega, cruzando el cuero ante López con la suficiencia que sólo tienen los jugadores llamados a marcar la diferencia, como es el caso del argentino.
Cristóforo dio un paso al frente, con un partdo que le suma definitivamente a la causa
El Sevilla, que incluso se pudo ir con una ventaja mayor al descanso, salió en la reanudación con la comodidad que otorgaba el claro resultado y generando ocasiones suficientes para terminar de sentenciar. Konoplyanka, Immobile o Reyes, que saltó al campo por Vitolo, tuvieron el tercero. Pero el Espanyol, que fue mejorando con los cambios, comenó a apretar y se volcó en campo sevillista. Fue entonces cuando apareció la otra cara que tiene que tener un equipo vencedor, porque los partidos se ganan en las dos áreas y el Sevilla así lo hizo. El conjunto de Unai se mostró firme atrás, sufriendo con entereza, muy sólido y jugando bravo, especialmente Cristóforo. En definitiva, sostuvo bien el ímpetu de los catalanes, que buscaban e incluso merecían acortar distancias, pero que se topaban una y otra vez con la notable consistencia defensiva de los nervionenses.
En defensa el equipo evidenció su notable mejoría
Victoria irrefutable, por tanto, de un Sevilla que resolvió en el primer acto y supo vivir de la renta en el segundo, donde también tuvo sus momentos para hacer algún que otro gol más. El Sevilla volvió a dejar constancia de su solvencia como equipo local, pues a querencia gana con relativa facilidad, pero además reafirmó su destacable mejoría atrás, donde tras mucho sufrir en los primeros meses de temporada, parece que ha conseguido encontrar el equilibrio y la seguridad necesaria para competir por los objetivos. En los últimos ocho choques sólo ha encajado un gol -en Riazor, de falta directa-, teniendo este dato tanto o más valor que los tres puntos obtenidos.
FICHA DEL ENCUENTRO
2. SEVILLA FC: Sergio Rico, Mariano, Rami, Kolo, Tremoulinas, Cristóforo, Iborra, Vitolo (Reyes, minuto 62), Banega (Krohn-Dehli, minuto 69), Konoplyanka e Immobile (Gameiro, minuto 75).
0. RCD ESPANYOL: Pau López, Javi López, Álvaro González, Roco, Duarte, Cañas (Burgui, minuto 52), Víctor Sánchez (Jordán, minuto 46), Hernán Pérez, Marco Asensio, Salva Sevilla (Gerard Moreno, minuto 72) y Felipe Caicedo.
GOLES: 1-0, minuto 16: Immobile. 2-0, minuto 40: Banega.
ARBITRAJE: Iglesias Villanueva, gallego. Amarillas para Salva Sevilla, Éver Banega, Roco, Cristóforo, Jordán y José Antonio Reyes.
INCIDENCIAS: Partido correspondiente a la jornada 17 de la Liga BBVA. Estadio Ramón Sánchez-Pizjuán, 35.544 espectadores.