2-1: EL MEJOR SEVILLA, EN EL MEJOR MOMENTO

Al fútbol hay que jugar con  intensidad siempre, y si el rival que está en frente es el FC Barcelona, con mucha más. Y el Sevilla así lo hizo. Necesitaba un partido de este calibre para demostrar a los demás y demostrarse a sí mismo lo que tiene dentro, para dejar claro que en la plantila hay madera y que, más allá de los ajustes que todavía hay que hacer, el grupo es fuerte y se sobrepone a las adversidades que le surgen en el camino, que han sido muchas. El equipo de Unai salió desde el primer minuto con esa agresividad que le ha hecho grande y que tan poco se ha visto en lo que va de curso, jugando con Iborra en la mediapunta. La línea de presión se fijó muy arriba y el Barça incluso sufría para sacar la pelota. Al Barcelona le superaron los acontecimientos, pero aún así sigue siendo el Barcelona. Suárez la tuvo a placer, pero apareció Kolo para desviar a saque de esquina. Ésa fue la tónica del encuentro. Siempre había una ayuda para tapar los rotos, porque el Sevilla ante todo fue solidaridad.    

Krohn-Dehli marcó el primero y le dio el segundo a Iborra

La primera parte fue un apasionante pulso de tensión que se saldó con un cero a cero que dejaba toda la incertidumbre para la segunda. Neymar tuvo el gol en una falta que dio en el palo y se paseó por la línea de gol sin que ningún jugador blaugrana acertara a marcar, gracias sobre todo que Coke incomodó a Piqué cuando el central se disponía a remacharla. En realidad el Barcelona llegaba poco, pero con mucho peligro. Sin embargo, el Sevilla sabía sufrir y arriba enseñaba los dientes, dando la sensación de que en cualquier momento podía dar un zarpazo. Y lo dio, en concreto a los siete minutos de la reanudación.

El primer gol ejemplifica bien lo que fue el choque, porque fue fruto del pundonor y el tesón de Kevin Gameiro. El francés sacó todo lo que llevaba dentro para colarse en el área por la derecha, la puso atrás y llegó Krohn-Dehli con todo para hacer diana. El gol dejó grogui a los azulgrana y el Sevilla metió incluso una marcha más. El segundo llegó cinco minutos más tarde, de nuevo por una jugada que nace en la derecha, en los pies de Coke, y que acaba en la izquierda, con Krohn-Dehli poniéndola al área para que Iborra la peinara ligeramente y pusiera el 2-0.  

Sergio Rico, sublime en el minuto 18

Con el partido muy cuesta arriba, el FC Barcelona se fue con todo arriba. Pero este sábado era el sábado del Sevilla en general y de Sergio Rico en particular. El meta canterano brilló con luz propia, sobre todo en el minuto 18, en el que le sacó hasta tres remates, con otras tantas intervenciones enormes, a Neymar. La rabia con la que el cancerbero celebraba sus paradas era con la que se empleaba un Sevilla aguerrido que se apuntaba el triunfo con una lucha titánica por cada metro.

El FC Barcelona, de hecho, sólo se pudo meter en el partido con un riguroso penalti por mano de Tremoulinas, con 15 minutos por delante. El Sevilla, ya con Llorente y Reyes en el campo, echó el candado y apretó los dientes, aculándose tal vez demasiado pero sacando todo su amor propio para defender la mínima ventaja. Sandro la estrelló en el palo a once del final, Neymar amagó y disparó cuantas veces pudo… Pero el Sevilla, todo corazón, caía siempre encima. Era su tarde, porque tras semanas de tibieza y dudas, volvía a ser el Sevilla competitivo y efectivo, ese equipo fiable e intenso que siempre da la cara. La dio con creces y se apuntó un triunfo que es balsámico y que tiene que ser revitalizador en lo venidero.