EN BUSCA DE UN PUNTO DE INFLEXIÓN Y DE ROMPER NEGRAS ESTADÍSTICAS

Ocho años sin ganar

El partido ante el Barça, además, adquiere un significado especial por el hecho de que el FC Barcelona se le resiste al Sevilla en Liga desde marzo de 2007, cuando se le derrotó por 2-1, tras remontar los hispalenses un 0-1 adverso, con tantos de Kerzhakov y Daniel Alves, hoy en las filas del conjunto del Camp Nou. No es normal esta sequía de victorias, porque, de hecho, en el cómputo global de enfrentamientos en Primera en el Ramón Sánchez-Pizjuán el Sevilla FC se ha impuesto en 29 ocasiones, por 20 empates y 22 derrotas. El triunfo número 30, por tanto, se lleva resistiendo demasiado tiempo, casi úna década ni más ni menos.

El Sevilla no vence al Barça en Liga desde 2007 y Unai aún no lo ha conseguido, tras 20 partidos

La espina clavada de Emery

Si el Sevilla busca su victoria número 30, tras ocho intentos fallidos, Unai Emery persigue su primer triunfo en Liga y como técnico ante el FC Barcelona. El técnico se ha enfrentado en el campeonato regular en 15 ocasiones al conjunto blaugrana, con un bagaje de 10 derrotas y 5 empates. En todas las competiciones, Unai se ha medido al actual campeón de Liga y Champions en 20 ocasiones, acumulando 14 derrotas y 6 empates.

El choque de este sábado, por tanto, tiene un innegable aire de revancha, tanto por parte del equipo como parte del entrenador, con respecto a un FC Barcelona que se ha convertido en la última década en una verdadera bestia negra, para Sevilla y Unai. La máxima de que las estadisticas están para romperlas cobra más fuerza que nunca este sábado, al menos en versión sevillista. 

Mucho mejor, sin embargo, le ha ido a Luis Enrique con el Sevilla, al que se ha enfrentado en cinco ocasiones, dos con el Celta y tres con el FC Barcelona, sumando cuatro victorias y un empate. 

Con la Supercopa en el recuerdo

El Sevilla, asimismo, tiene ante sí esta jornada la oportunidad de desquitarse del mal sabor de boca, por el resultado, que le dejó la pasada Supercopa de Europa de Tiflis, disputada el 12 de agosto. Fue precisamente en ese encuentro cuando se vio la mejor imagen del conjunto de Emery. Aquel día el Sevilla demostró que sí quiere puede poner contra las cuerdas al poderoso Barcelona. Sin duda, aquella final es el camino a seguir, porque además el fútbol le debe una a los sevillistas, que en aquella noche de veranio georgiana hicieron una gesta sin el premio de un título.