Se sigue complicando cada vez más el objetivo europeo. El Sevilla FC sufrió otra dolorosa derrota para abrir la 35ª jornada este viernes en el Estadio Ciutat de Valencia, donde el Levante UD certificó virtualmente su permanencia un año más en Primera División. Tras un inicio complicado con tanto de Roger que supo reconducir Carlos Fernández con un golazo por la escuadra, en la segunda parte se volvió a complicar todo y Morales dio la puntilla a un equipo que quiso con más corazón que cabeza, pero que no se dio de bruces con su actual realidad una vez más.
Un aguacero justo antes del inicio del choque introdujo un condicionante inesperado al partido, pues en los primeros minutos incluso costaba rasear la pelota por la mucha lluvia acumulada. Aún así, pronto se vio que el partido iba a caracterizarse por ser abierto, con espacios para los dos equipos. Sin embargo, lo que no estaba en ningún guión es que los granotas se pusieran tan pronto por delante. Fue en el primer acercamiento real de los valencianos, que con la irrupción de Coke por la derecha consiguieron meter el balón en el área por medio de Morales. El capitán dribló y remató en semifallo, pero el balón quedó muerto para que Roger batiese a Soria con un remate mordido. Habían pasado sólo diez minutos y tocaba reponerse a una situación si cabe más complicada.
Después de que los levantinistas se adelantasen en su primer acercamiento, Carlos Fernández logró la igualada con un trallazo desde el borde del área
El Sevilla había disfrutado de algún acercamiento previo, pero al menos consiguió igualar antes de que le diese tiempo a acusar el marcador en contra. Fue Carlos Fernández, titular en ataque por segundo partido liguero consecutivo, el que recibió de Banega para revolverse en la corona del área y pegarle con todo a la escuadra derecha de la meta de Oier. A partir de ahí, con la igualdad recuperada, partido de alternativas que podía caer para cualquiera de las dos caras. El Levante llegaba al área sevillista con mucha facilidad, pero curiosamente las más peligrosas fueron sevillistas. Un tiro cruzado de Escudero, un córner que remató Lenglet y sobre todo una de Navas con todo a favor, pudieron significar el 1-2. No hubo acierto y se llegó al descanso con una igualdad muy frágil.