El Sevilla FC protagonizó un nuevo partido frustrante lejos del Ramón Sánchez-Pizjuán. Y lo hizo de la forma más dolorosa. Cuesta creer que con lo bien que comenzó el choque e incluso con el claro dominio que tuvo el equipo nervionense en la reanudación, se acabara perdiendo un encuentro que por ocasiones se deberían haber apuntado los hombres de Unai Emery. Pero una vez más no fue así y lo que al principio parecía que podía ser una noche feliz bajo la fuerte lluvia que caía sobre El Molinón, acabó siendo un nuevo mal trago que tuvo, como en Mestalla, en el descuento la amarga estocada final.
El revés recibido es serio, porque el Sevilla FC se va de vacío de El Molinón con la sensación de haberse agotado para nada. El Sevilla saltó al campo con un dibujo parecido al del domingo, apostando por las dos torres, Iborra y Llorente, arriba, destacando la presencia de Mariano en el extremo derecho. El partido tenía tintes de final para un Sporting que se jugaba la permanencia. Pero el Sevilla no se amedrantó y muy pronto se puso por delante con un gran remate de Iborra, tras una buena caída en banda derecha de Llorente.
Con la situación controlada, una pérdida fatal metió al Sporting en el partido
No se había cumplido ni el minuto diez y el Sevilla ya ganaba con comododidad. El equipo generaba juego y llegaba con asiduidad a las inmediaciones de Cuéllar. Sin embargo, cuando mejor estaba la cosa, al Sevilla, primero por una pérdida de Konoplyanka y después por otra de Rami, le robó la cartera el Sporting, que empató con una salida rápida de Halilovic que acabó en gol en propia puerta de Krychowiak. Poco después Rami se iba lesionado, supliéndole Kolo.