No hubo sorpresa ni machada ni nada parecido. El Sevilla FC se fue de vacío y goleado del Santiago Bernabéu en un partido extraño en el que la ilusión apenas duró cinco minutos. Los nervionenses arrancaron con protagonismo, llegaron hasta tres veces con claridad, Tremoulinas mandó un centro al larguero… Pero el Madrid, por mediación de Benzemá, marcó en la primera que tuvo y ahí se acabó la historia. Esa eficacia en los momentos clave es lo que le faltó al equipo de Unai, que incluso desperdició un penalti que pudo haber significado el 1-1 antes del descanso. Aquello fue más bien un espejismo efímero, porque la realidad es que el equipo de Emery fue incapaz de frenar a un Madrid contumaz en ataque que generó numerosas ocasiones.
El Sevilla saltó al terreno de juego con un once de circunstancias debido a las múltiples bajas. Diogo y Escudero figuraban como extremos, con Iborra en la mediapunta, Gameiro como único delantero y Krychowiak y Cristóforo en el doble pivote. Lo mejor, prácticamente lo único bueno, se vio al comienzo. El equipo salió resuelto y decidido. El Madrid se vio sorprendido en los primeros compases, en los que el Sevilla llegó con facilidad e incluso tuvo el 0-1 con un pase de Tremoulinas que se envenenó. Pero los blancos la enchufaron a la primera que tuvieron con un remate inapelable de Benzemá que sin duda supuso un punto de inflexión en el partido.
Gameiro tuvo desde los once metros la oportunidad de meter al equipo en el partido