El cierre de la primera vuelta de LaLiga debe ser el inicio de un tiempo de orden y progreso para el Sevilla de Montella. Un lema de positivismo, usado por Augusto Comte, que ondea en la bandera del país de Arana y puede servir al equipo nervionense como acicate en un choque vital para afrontar los próximos meses de competición. Con el reto de sellar la zaga de una vez por todas y frenar la sangría de goles encajados, el equipo sevillista necesita orden, ser un conjunto unido y compacto -como apuntó el técnico italiano- y, luego, progresar en juego, sensaciones, confianza y compromiso, para reforzar la fe en sus posibilidades, que son muchas y por explotar. Un dato incuestionable de que la defensa precisa seguridad y organización es que suma los mismos goles en contra (27) que su rival de este domingo, estando los vascos en puesto de descenso y el Sevilla en zona europea.
Claves de la reacción: orden para recobrar la solidez y progreso para recuperar la mejor versión y enderezar el rumbo
El encuentro de Mendizorroza es fundamental para un Sevilla que tiene que mirar hacia arriba en la tabla sin volver la cabeza a sus perseguidores y encadenar una serie de victorias frente a rivales asequibles frente a los que sumar de tres, aunque lo importante no sea el potencial del rival sino recuperar el propio. Con el respeto a todos ellos y la evidencia de que el fútbol es imprevisible, las citas ante Alavés, Espanyol, Getafe, Eibar, Girona y Las Palmas deben suponer -en principio- un granero de puntos para los sevillistas, empezando por la cita de Vitoria. De momento, el primer paso para cortar la mala racha es este domingo, para poder ir haciendo camino; de ahí la trascendencia del encuentro.