En las condiciones que pudo, el Sevilla FC afrontó este domingo la despedida de un torneo liguero ya intrascendente, tras cerrarse el pasado miércoles en Budapest todos los objetivos del equipo esta temporada. Con un once lógicamente muy condicionado por el esfuerzo ante la Roma, los de Mendilibar se vieron por detrás en el marcador medida la primera parte, y aunque reaccionaron bien en la reanudación, la falta de acierto convirtió en casi la sentencia el 2-0 de Ali-Cho. Para evitarlo, Lamela acortó distancias y le dio emoción al último cuarto de hora del ejercicio, pero faltó frescura para volver a batir a un equipo que también celebra su plaza de Champions League y que realizó el pasillo al campeón antes del pitido inicial.
No se puede analizar el partido sin atender a las circunstancias en las que ambos lo afrontaban, con los deberes hechos, a 90 minutos de las vacaciones y, en el caso de los sevillistas, tras un descomunal esfuerzo el miércoles y un final de semana con mucho que celebrar y poco tiempo para el descanso. A pesar de todo, nada más empezar el que la tuvo fue Rafa Mir, que no pudo controlar un perfecto balón por dentro de Lamela para plantarse ante Remiro. La réplica vasca llegó un minuto más tarde con un disparo de Sorloth tras un barullo en el área que solventó Dmitrovic haciéndose grande en el borde del área pequeña. El noruego la volvió a tener con un lanzamiento que se fue arriba casi en la siguiente jugada, en pleno arreón blanquiazul. Además, Mendilibar encontró su primer escollo en el guion del partido con la lesión de Montiel antes de que se cumpliera el minuto 10, al sentir un pinchazo cuando iniciaba la carrera. El nuevamente internacional Jesús Navas ocupó su puesto.
Montiel tuvo que dejar su sitio en el arranque al sufrir un problema muscular
Pese a lo poco en juego el partido seguía atractivo y con llegadas a ambas áreas. Antes del cuarto de hora, tanto Barrenetxea con un tiro al lateral de la red como Rafa Mir, que se fue bien por la derecha y disparó con poco ángulo, pudieron desequilibrar el marcador. En los sevillistas, Manu Bueno repitió las buenas sensaciones de su debut ante el Real Madrid, mientras que el debutante Diego Hormigo tuvo la difícil misión de parar al desequilibrante Kubo. El gallego Brais volvió a avisar con un tiro lejano que se marchó fuera y al final acabó acertando al borde de la media hora de juego. Buen ataque por dentro de los de Imanol y se resbala Jesús Navas en la conducción de Barrenetxea. El balón le cae a Brais ante la salida de Dmitrovic y la clava junto al poste. Premio para una Real Sociedad que había tomado el control del partido ante un Sevilla cansado y que apenas tuvo poder de reacción hasta el descanso.
Manu Bueno y el debutante Hormigo salieron de inicio en el equipo sevillista
Sí en el arranque del segundo tiempo, en el que Mendilibar dio entrada a Alex Telles por el amonestado Hormigo. Además, hubo merecido descanso para Gudelj, que dejó su sitio a Nianzou. El equipo salió enchufado y casi en la primera jugada, un peligroso centro de Telles desde la izquierda lo remató en escorzo Óliver, pero el balón se estrelló en el poste. Manu Bueno, que provocó el paradón de Remiro, así como Lamela, que forzó un saque de esquina, dejaron claro que el equipo quería apretar hasta el último momento de la temporada, pero no apareció la fortuna de cara al gol. En esas, el técnico nervionense siguió refrescando a su once y dio entrada a Suso por Manu Bueno. El Sevilla era otro, pero el no aprovechar las ocasiones supuso una losa cuando el cansancio comenzaba ya a pesar. De hecho, pudo sentenciar la Real Sociedad en un claro cuatro para dos que no supo aprovechar Kubo con todo a favor.
Tecatito ocupó el lugar del Papu en la tercera y última ventana sevillista, pero la Real Sociedad comenzó a apretar para buscar la sentencia, que encontró con la pegada del recién salido Ali-Cho. Tras un balón de Jesús Navas para iniciar el ataque sevillista, la Real Sociedad la gana en la medular y recibe Sorloth, que la pone en la frontal para que Cho, con el exterior, bata a Dmitrovic. Parecía que estaba ya todo decidido, pero apenas cuatro minutos después lograba acortar distancias Lamela, que tras recibir un buen balón de Suso, batió con calidad a Remiro. Emoción para el marcador hasta el final, y aunque los donostiarras marcaron el tercero en un córner, una falta previa sobre Navas anuló el tanto. Aguantaron los locales el arreón final y se llevaron los tres puntos ante un Sevilla que notó el desgaste y la falta de tensión, pero que bien pudo rascar parte del botín al final. Aún con el regusto de una semana inolvidable, el equipo cierra la temporada en duodécima posición.