Todos sabemos dónde llega la capacidad de sacrificio de una madre. Todos sabemos lo que se puede llegar a hacer por los colores que te hacen latir a mil por hora al compás de un balón redondo. Y sin embargo, nunca deja de traducirse en historias que nos inspiran. María Vázquez es una sevillista de Montijo (Badajoz), fiel seguidora de los pupilos de Vincenzo Montella y con más sensibilidad y fuerza si cabe hacia los equipos femeninos del club.
En una zona de España alejada del fútbol profesional de élite en categoría masculina, las últimas temporadas su presencia es habitual en los partidos que el Sevilla FC femenino ha disputado en tierras extremeñas, tanto durante el periplo por la Segunda División como ahora por la Liga Iberdrola. María también es madre de tres hijas, Rocío, María y Sofía y viven, como en toda la familia que siente en blanco y rojo, una semana especial con el partido ante el FC Barcelona.
No sólo por la final de la Copa del Rey, sino también por el partido que afrontarán el domingo en la Ciudad Condal las entrenadas por Paco García y Sergio Jiménez. María (la mediana de sus pequeñas) luce con orgullo la camiseta de Jenni Morilla, la máxima goleadora del equipo en los tiempos recientes. Rocío profesa simpatía hacia las azulgranas. La suya es una afición por el fútbol que les hace presumir de sus colores con orgullo en las victorias y en las derrotas, con los chicos y con las chicas. Nada que se salga de lo habitual.